Creer en la resurrección es hacer realidad nuestras esperanzas

1.- El mensaje de la Palabra de Dios
Juan escribe para unos cristianos que, por no haber conocido a Jesús, se preguntan si pueden ellos estar seguros de su fe. La respuesta es sí: lo mismo que él creyó sin haber visto a Jesús resucitado, también ellos pueden creer, apoyados en su testimonio.

2.- ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Ser testigos de la resurrección del Señor con nuestra renovada y renovadora fe.

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Creer en la resurrección es  creer que Cristo está vivo y actuando en nosotros y en nuestro mundo, aunque no lo veamos.

Creer en la resurrección es descubrir a Cristo presente en los signos dejados por él:

En la iglesia: que prolonga su enseñanza y comunica al mundo su vida nueva.

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En la Eucaristía: que inyecta en nuestra vida, y en la historia humana, la fuerza vivificante del resucitado.

En nuestros hermanos más necesitados.

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En nuestra propia historia: en la solidaridad, en las aspiraciones de justicia y liberación de nuestros pueblos.

Creer en la resurrección es creer que la vida se nos ha dado para hacer de ella algo maravilloso: que es un desafío, que nos llama a ser los protagonistas de nuestra historia personal y de la historia del mundo.

Creer en la resurrección es creer en nosotros mismos, en las capacidades que el Padre nos ha dado y en las oportunidades que nos ofrece la vida de ser protagonistas.

Creer en la resurrección nos compromete a proclamar al mundo, con nuestra vida renovada, que Cristo vive, que Cristo nos resucita, que Cristo  es nuestra fuerza.

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3.- ¿Cuál es mi respuesta, hoy?
Vivir la experiencia de la resurrección diciendo sí a todo lo bueno que sentimos dentro, o que nos proponen las personas que viven a nuestro lado.

Ser protagonista, tomar decisiones con prontitud, dar el primer paso en la solución de los problemas diarios.
Disfrutar la alegría de hacer felices a todos los que viven a nuestro lado.