La salud del monarca continúa deteriorándose y los médicos no pueden garantizar su supervivencia, dijo ayer el palacio en un comunicado.

El príncipe Rainiero de Mónaco, que se debate entre la vida y la muerte debido a la degradación progresiva de sus funciones vitales, es quien ha dado renombre mundial al pequeño principado, gracias a su gran personalidad y a su capacidad de crear un sueño.

A sus 81 años, el veterano monarca, que ha conocido durante su mandato a siete presidentes franceses y a cinco papas, se ha convertido en un padre para los monegascos, que no se sienten del todo seguros ante la perspectiva de que su hijo Alberto ocupe el trono.
 
Su boda con la actriz de cine estadounidense Grace Kelly, uno de los iconos del mítico mundo de Hollywood, lo convirtió ya en 1956 en un personaje popular para su pueblo, que también supo admirar el hecho de que durante su reinado Mónaco ingresara en las Naciones Unidas y, más recientemente, en el Consejo de Europa.
 
Los expertos coinciden en que Mónaco le debe prácticamente su existencia a Rainiero, ya que si no fuera por su carismático monarca el principado sería solo un pequeño apéndice de la Costa Azul francesa, visto como un paraíso fiscal y bancario.
 
No en vano, fuentes periodísticas cifran en 56.000 millones de euros el dinero depositado en los 45 bancos del Principado, que figura en la lista negra de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre los paraísos fiscales.
 
Pero el carisma, la simpatía y, sobre todo, su capacidad de poner a Mónaco en el mapa han rodeado a Rainiero de buenos amigos, como el difunto presidente Francois Mitterrand, que le han ayudado a prosperar bajo la protección de Francia.
 
En más de medio siglo de reinado, desde que el 9 de mayo de 1949 asumiese el trono a la muerte de su abuelo, Luis II, Rainiero cambió por completo y no sin ciertas sombras el anticuado país que había heredado para convertirlo en un lugar de renombre mundial.

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El enclave tiene poco más de 32.000 habitantes, una población comparable con la de Gibraltar, pero con una extensión de apenas 2 kilómetros cuadrados. Tras su mediatizada boda con Grace Kelly, la musa de Alfred Hitchcock, el pequeño, pero solo en estatura, Rainiero también supo demostrar sus habilidades económicas al atraer a los más potentes inversionistas.

 Después llegaron nuevos golpes de efecto, relacionados con sus hijas, Carolina y Estefanía, sin olvidar la imagen de playboy de Alberto, que sigue soltero a los 46 años.
 
Tras el duro revés que supuso la muerte de su esposa, en un oscuro accidente de tránsito en 1982, ningún drama se le ha escapado a la familia de los Grimaldi.  Bodas sin parar y divorcios calamitosos, más accidentes mortales, fraudes, diferencias familiares y un sinfín de escándalos que salpican no solo a sus hijos, sino también a sus yernos, han llenado páginas y páginas de la prensa del corazón.
 
Esa popularidad también ha llevado turistas al principado, donde se puede ver a las hijas del monarca y sus variados esposos, pero también a actores famosos o artistas, además de jugar en sus fabulosos casinos. Ahora todos se hacen la misma pregunta: ¿Alberto sabrá proteger esa herencia cuando se convierta en Su Alteza Serenísima?

NOTAS

PARTE MÉDICO
“A pesar de haberle dado el tratamiento más apropiado, y de haber controlado su infección bronco-pulmonar, el funcionamiento de su corazón, pulmones y riñones se está deteriorando progresivamente”, dijo el palacio ayer en su boletín médico.

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ORACIONES
Poco antes de este nuevo informe médico, el más alarmante desde el ingreso  del soberano en cuidados intensivos el pasado martes, el papa Juan Pablo II dirigió  una bendición particular al príncipe Rainiero y a sus allegados, en un  mensaje que transmitió a la prensa este sábado el gabinete principesco.

TRISTEZA
En vísperas del domingo de Pascua, la tristeza dominaba ayer  entre los  monegascos, inquietos por las noticias sobre su soberano. En el principado, tradicionalmente repleto de turistas durante las  celebraciones del fin de semana de Pascua, el deterioro súbito de la salud de Rainiero era  muy comentado por los habitantes.

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