A las empresas turísticas del país no solo les interesa la llegada de extranjeros –que gastan $ 780 en 13 días, periodo promedio de estadía– sino el turista nacional. El 53% de la demanda de sus servicios está copado por ecuatorianos, según un estudio del Banco Central del Ecuador (BCE).

Pese a que las dos principales causas para que los viajeros decidan quedarse en casa son la falta de dinero y de tiempo, el negocio aún es rentable. Por cada dólar que se genera como valor agregado en la economía, al menos 10 centavos corresponden al turismo.

Más de la mitad de la actividad turística en el país (el 58%) está concentrada en microempresarios y comerciantes individuales, sostiene el estudio. Pero el sector enfrenta retos y uno de ellos es superar la competencia de otros países que promocionan sus atractivos, en muchos casos, a precios más bajos que en los destinos nacionales.

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Según el Centro de Estudios y Análisis (CEA) de la Cámara de Comercio de Quito, aunque la balanza turística es positiva, el gasto que hacen los ecuatorianos en el exterior en el 2003 alcanzó $ 354,4 millones y, hasta el tercer trimestre del 2004, $ 270,3 millones.

“El elevado gasto de ecuatorianos en el exterior nos hace pensar que se podrían aprovechar de mejor manera los atractivos que tiene el país”, señala el CEA.

El Gobierno, advierte, no ha transferido el dinero para el Fondo Mixto de Promoción Turística que se alimenta, principalmente, con el aporte del sector privado. Otra reforma necesaria es involucrar a los organismos seccionales y empresas para que mejoren servicios como seguridad, control de precios e infraestructura.