Con cánticos de dolor por la crucifixión de Jesús, más de 600 fieles partieron ayer, a las 11h00, desde la iglesia Santo Domingo, ubicada junto a la Plaza Colón de Guayaquil.

Por el ardiente sol que hacía algunos devotos llevaban paraguas, toallas empapadas de agua o periódicos para cubrirse la cabeza mientras avanzaban detrás de la cruz de hierro que portaba el fray Fabio Herrera. La madre de Jesús y sus amigas María (representadas por  las gemelas Mariela y María Boada, y Lucía Naula) también iban adelante de la procesión acompañando a Jesucristo (representado por Byron Erazo) y los cuatro guardias romanos.

La caminata subió al Cerro del Carmen, por la calle Emilio Estrada Icaza. A medida que la loma se volvía más empinada el paso de los fieles era lento, pero su canto se mantenía con cierto tono de melancolía y a ratos de emoción. A su paso, las familias salían a las ventanas, puertas y balcones a verlos, y algunos cantaban y se unían al rezo.

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Con un megáfono el padre Geovanny Pazmiño, párroco de la iglesia Santo Domingo, relataba los momentos que vivió Jesús antes de ser crucificado y llamaba a la reflexión a los devotos para que llevaran una vida sin pecados y llena de bondad y amor.

La caminata llegó hasta el cerro y subió las 164 escalinatas que llevan hasta donde está la figura del Corazón de Jesús. En el trayecto se detuvo en cada uno de los cuadros de las estaciones de Jesús que hay en el lugar para rezar el padrenuestro y se recordó cada uno de esos momentos.

Fray Fabio y su compañero fray Alonso Hurtado, que también participó en la procesión, vinieron desde Quito para estar en los actos por Semana Santa que realiza su iglesia en Guayaquil. Ellos acentuaron en su mensaje que esta es una fecha de recogimiento espiritual y de cambiar para bien.

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En la plaza que rodea al Corazón de Jesús, más de 100 personas esperaban la procesión, mientras que otros habían ido a visitar al Cristo y escuchar el sermón que por altoparlante se emitía.