El informe de las Naciones Unidas que culpa a Siria por las tensiones que llevaron al asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, ha dividido aún más a la polarizada sociedad libanesa.

Altos funcionarios de Beirut rechazaron ayer el informe de la ONU que critica duramente a Siria y a su aliado, el gobierno libanés. Dijeron además que la misión de la organización había abusado de su autoridad al acusar al gobierno de negligencia.

El documento señala que había evidencias de que el presidente de Siria había amenazado a Hariri con causarle daños físicos, y que el gobierno de Beirut no mostró interés en encontrar a los asesinos, manejando la investigación de manera torpe y manipulándola.

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Además el ministro libanés de Defensa, Abdelrahim Murad, acusó ayer a EE.UU. de pretender imponer su hegemonía sobre el Líbano e interferir en los asuntos internos de su país.