El presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, “bautizó” al proyecto de Ley de Racionalización Económica del Estado con tres nombres en un mes.

Trole 3 fue el calificativo que utilizó en el avión que lo llevó en enero pasado a Nueva York (EE.UU.), para promocionar sus planes de reprogramación de la deuda.

Luego de una cita con empresarios de esa ciudad decidió llamarla Ley Combo, para hacer referencia a su variado contenido.

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“No le gustaba Trole porque es un término muy cercano a Mahuad (el ex presidente que impulsó las troles 1 y 2)”, comentan sus asesores más cercanos.

Pero el mes pasado, Gutiérrez cambió la denominación de las reformas a Ley Topo, luego de una visita al proyecto hidroeléctrico San Francisco, que utiliza una excavadora llamada topo.

A los asesores de Gutiérrez no les gusta el nombre: según el diccionario, topo es un animal parecido al ratón, casi ciego, que cava túneles subterráneos.

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El término se utiliza, en un sentido figurativo, para la “persona que tropieza en cualquier cosa”; “de corto alcance, que en todo yerra y se equivoca” o “que, infiltrada en una organización, actúa al servicio de  otros”.