Familiares de las miles de víctimas de la última dictadura militar y organismos de derechos humanos se unieron ayer en la histórica Plaza de Mayo en un mismo reclamo de justicia al cumplirse el vigésimo noveno aniversario del golpe militar.

El 24 de marzo de 1976 comenzó en Argentina una de las dictaduras más sangrientas de América Latina, que dejó al menos 30.000 desaparecidos. 

Un año después, en ese lugar, un pequeño grupo de mujeres con pañuelos blancos, las Madres de la Plaza de Mayo, comenzó a reclamar la aparición de sus hijos.

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En el  2003, por impulso del presidente Néstor Kirchner, el Congreso derogó las leyes de Obediencia Debida y   Punto Final, que impiden enjuiciar  a ex militares, lo que permitió la detención de muchos represores. Pero para llevarlos a juicio, debe pronunciarse la Corte Suprema.