Galo Roggiero, presidente de la Comisión de Fútbol de Barcelona, no justificó la reacción que tuvo el delantero Jaime Iván Kaviedes contra el técnico Salvador Capitano, una vez que lo sacó del terreno de juego. “Son reacciones emotivas, incompatibles con el fútbol, yo no las justifico por ninguna naturaleza, pero los jugadores tienen que tener mucho respeto con la afición”, dijo.

Ponle más garra es lo que le gritó Shirley Castillo, hincha barcelonista de la 36 y Gómez Rendón, al capitán amarillo Jaime Iván Kaviedes durante todo el partido.
Aunque el equipo torero ganó, a Shirley le disgustó el juego que hizo Kaviedes.
“Él no debería ser capitán porque no pelea un balón; la banda deberían dársela a Fricson George”, dijo.

La barra de la Boca del Pozo no respetó el minuto de silencio en memoria del ex utilero de Barcelona, Alberto Lindao. Los hinchas eléctricos que se ubicaron en la general (por el lado de la Av. Quito) insultaron con cánticos al fallecido, lo que fue criticado por otros fanáticos emelecistas.

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Todo por el equipo. Yamil Tayhimg viajó desde Babahoyo hasta Guayaquil para ver a su Emelec. “Donde va mi equipo, voy yo, así juegue en la Sierra o en otra ciudad de la Costa”, refirió este hincha eléctrico. Andrea Cajamarca salió de su natal Manta, a las 09h00, para llegar casi al mediodía a Guayaquil, comprar su entrada para ver a los toreros.

“Fuera Arosemena”  fue el cartel que apareció nuevamente en los graderíos de la calle Pío Montúfar, durante el partido del clásico del astillero, disputado en el estadio Capwell. Este mismo mensaje apareció en el partido con Deportivo Quito.

Un encargado  de la puerta de ingreso a la cancha del Capwell hizo caso omiso a la petición de cerca de 20 periodistas, quienes intentaron entrar al gramado para realizar sus respectivas entrevistas, una vez que concluyó el Clásico del Astillero.
El trabajador, que no se identificó, intentó calmar el ánimo de los enojados comunicadores, aduciendo que él solo recibía órdenes superiores.

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Accidente. El hijo del defensa azul John Cagua sufrió un accidente en los camerinos de los azules. El golero suplente Marlon Díaz practicaba con un balón que golpeó una venta y los vidrios cayeron sobre el rostro del hijo de Cagua.

Directivos del equipo azul se encargaron de llevar al menor a la clínica Alcívar, donde recibió tratamiento a sus heridas. El menor se encuentra fuera de peligro.

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Un partido aparte vivieron 100 hinchas de la barra Sur Oscura. Ellos se quedaron sin ver el encuentro en las afueras de la calle San Martín; gritaron los goles y bailaron en la calle.