Los obispos católicos de Estados Unidos presentaron ayer una campaña contra la pena de muerte y entregaron nuevos datos con los que sugierien que el respaldo para la pena capital entre los católicos norteamericanos cayó en años recientes a un nivel debajo de 50%.

El arzobispo de Washington, Theodore McCarrick, dijo que la campaña daría una mayor urgencia y energía a los esfuerzos para terminar con la pena de muerte.

“El uso de la pena de muerte debería ser abandonado porque tenemos otras formas alternativas para proteger a la sociedad”, dijo.

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El uso de la pena de muerte ha estado bajando en años recientes. En el 2004, 69 personas fueron ejecutadas, el número más bajo desde 1997. En lo que va de este año, 12 personas han sido ejecutadas, de acuerdo con el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

En el 2001, el 68% de los católicos apoyaba la pena de muerte, mientras que el 27% se oponía.