Criticó también la "banalización del discurso racista y xenófobo" como consecuencia de la "creciente influencia de las plataformas políticas de los partidos, organizaciones y movimientos de extrema derecha".
 
También advirtió que ese tipo de mensajes resultan a menudo "amplificados" a través de las nuevas tecnologías de la comunicación como internet y que el lenguaje es, en ocasiones, utilizado por algunas formaciones políticas para justificar la defensa de la "identidad nacional amenazada".
 
El relator alertó además contra "el aumento del antisemitismo, de la cristianofobia y la islamofobia" basados en consideraciones que a menudo mezclan "raza, etnia, cultura y religión".
 
En opinión de Diene, "las construcciones de identidad se traducen casi siempre, sino siempre, en la creación de un enemigo o en la autocentralidad étnica, religiosa o cultural de una población".
 
Como contrapartida a esa posición, existe "el rechazo y el depreciación del otro, del diferente y, en sus forma contemporáneas, de los no nacionales, los refugiados o los inmigrantes", dijo el relator.