La violenta jornada dejó 45 muertos y la tensa situación por la crisis diplomática con Jordania.

Iraq y Jordania llamaron a consultas ayer a sus respectivos representantes diplomáticos en Aman y Bagdad, en una escalada de tensión entre ambos países que coincidió con el segundo aniversario de la guerra que derrocó a Saddam Hussein.

El ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, pidió el regreso del embajador en Aman, Ataa Abdel Wahab, horas después de que las autoridades hachemíes hicieran lo propio con su encargado de negocios en Bagdad, Demay Hadad, tras acusaciones de que Jordania no hace lo suficiente para impedir la entrada de terroristas en Iraq.

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El regreso de Hadad se produjo ante la reanudación de las manifestaciones hostiles que desde hace días se realizan ante la embajada de Jordania en Bagdad, pese a que el funcionario pidiera disculpas por la implicación de un terrorista de su país en el atentado que el pasado 28 de febrero costó la vida a 106 personas en Hilla, al sur de Bagdad.

Gran parte de los ataques que a diario sacuden este país son asumidos por la Organización Al Qaeda para la Guerra Santa en el País de los dos Ríos, del terrorista jordano Abu Musab Al Zarqawi, de quien el reino hachemí se ha desvinculado en numerosas ocasiones pero del que en Iraq se recuerda su origen.

El Tribunal de la Seguridad del Estado jordano condenó precisamente ayer en ausencia a Al Zarqawi a quince años de prisión por su implicación en un atentado en el 2003 contra la embajada de Jordania en Bagdad.

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La condena no impidió que Al Zarqawi –que se ha convertido en el hombre más buscado de Iraq una vez capturado Saddam Hussein–, reivindicara ayer uno de los atentados que costaron la vida a 45 personas a lo largo de la jornada.

La violencia marcó el segundo aniversario de la guerra en Iraq, la ola de atentados dejó 21 muertos que se sumaron a 24 rebeldes muertos a manos del Ejército estadounidense.

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El grupo del terrorista jordano se atribuyó por internet el asesinato en Mosul del general de brigada Walid Hasmula, cometido por un suicida.

En otros incidentes, cuatro agentes fallecieron y un quinto resultó herido en Baquba, al noreste de la capital, donde se produjo un atentado contra un puesto de control de la policía iraquí.

La mayoría de los iraquíes se siente frustrada por los problemas de seguridad, ausencia de servicios básicos y alto nivel de desempleo dos años después de que la coalición liderada por EE.UU. iniciara la invasión de Iraq.

Las expectativas de mejora tras la guerra han sido un espejismo ya que el desempleo, según las cifras oficiales, alcanza al 70% de la población y la ausencia de servicios básicos, como agua corriente o electricidad, es un problema.

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A pesar de los atentados y de la violencia que asola al país, el presidente estadounidense, George W. Bush ha vuelto a defender invasión de Iraq, que se produjo hace exactamente dos años,  mientras miles de opositores a la guerra salieron de nuevo a las calles de muchas  ciudades de todo el mundo este fin de semana para protestar contra la misma.