Médicos recomiendan hacerla solo en tres casos específicos, con anestesia y no en recién nacidos.

“Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado”. Más allá del ritual religioso que detalla el capítulo 21 del Génesis y de la tradición musulmana y judía, la circuncisión tiene hoy implicaciones médicas sobre la necesidad real de hacerla.

“No todo niño tiene que circuncidarse”, asegura el médico Solón Castillo, jefe de urología del hospital Francisco de Ycaza Bustamante.

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Explica que la operación se recomienda cuando los niños tienen dificultades para bajar el prepucio (capa que recubre el pene) y exponer el glande (cabeza del pene). La más común: la fimosis complicada.

Esta se produce cuando es imposible la exposición del glande de forma natural debido a la adherencia que tiene hacia el prepucio.

El cirujano pediatra Jorge Villacís coincide con ello: “Todo niño nace con fimosis (estrechez de la piel que recubre el glande), pero la madre después de dos a tres semanas de nacido debe empezar a bajar el prepucio hasta que descienda al cuello del glande”.

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La tarea puede tomar uno o dos meses, indica, pero en el 80% de los casos se logra el descenso porque el prepucio es un tejido elástico.

La necesidad de hacerlo es evitar infecciones e inflamaciones por la concentración de gotas de orina, secreciones corporales y esmegma (sebo que se encuentra entre el prepucio y el glande).

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Lo ideal, dice Castillo,  es que hasta los 2 años de edad, el prepucio baje con facilidad y permita la exposición del glande para poder asearlo.

De no ser posible, se recurre a la circuncisión, que es la corrección quirúrgica del prepucio. “Se corta circularmente el exceso de piel y se deja el glande al descubierto”, manifiesta Villacís.

En el 2004, en el hospital Francisco de Ycaza se hicieron 120 circuncisiones por estas complicaciones.

La fimosis no es la única. El urólogo Alejandro Díaz señala que la operación también se da en casos de prepucio redundante, cuando la capa que recubre el glande es extremadamente larga e irrita la piel y el orificio urinario.

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Es lo que se conoce como meatitis y, según Díaz, es la causa más frecuente de consulta médica por infecciones urinarias en niños.

“En este caso la operación permite un mejor aseo de la zona prepucial y evita la acumulación de hongos y bacterias que provoquen infecciones urinarias”, asegura.

La cirugía se hace con anestesia general y tarda entre diez minutos y media hora.

Villacís indica que incluso en algunos casos hay que hacerla de emergencia porque se produce la llamada parafimosis, una inflamación del prepucio que ocurre cuando la madre lo baja bruscamente y no logra regresarlo.

Castillo considera que los recién nacidos no deben someterse a esta intervención sino desde los 2 años. “Médicamente, no deben operarse, por tradición es otra cosa”.

Villacís coincide: “No estamos de acuerdo en la circuncisión del recién nacido”. 

Los tres concuerdan en que la ventaja de la circuncisión es el aseo, porque no hay picazón, acumulación de orina, de esmegma ni bacterias, y facilita la limpieza en los niños.

Estudios indican que con ella existe menos riesgo de cáncer testicular y que la pareja adquiera carcinoma cérvico uterino. “El esmegma está ligado a ese cáncer”, dice Díaz.

Aunque las páginas de internet le otorgan a los hombres circuncidados cualidades para el desempeño sexual, médicos aseguran que es un mito.

La cirugía

Sin operación
Un procedimiento no quirúrgico también permite corregir la estrechez del prepucio sin recurrir a la circuncisión. Se llama balanolisis y, explica el médico Jorge Villacís, consiste en bajar por medio de una pinza el prepucio hasta el glande con la ayuda de cremas anestésicas.

Complicación
lón Castillo indica, en cambio, que hay que evitar maniobras groseras como las de bajar de un solo momento el prepucio porque es doloroso y hace que se produzcan grietas en el meato (orificio) del prepucio. “Se pueden formar microcicatrices y una retracción, con lo que se fija el prepucio”.

Costos
Una balanolisis cuesta 25 dólares, mientras que una circuncisión fluctúa entre 100 y 200 dólares.

Chequeos
El Ceprepend (Centro de Prevención Pediátrica) realiza desde hoy controles de estrechamiento del prepucio en su sede, Coronel y Azuay, sexto piso, de 14h00 a 16h00. La inscripción cuesta 10 dólares. Informes al 234-8419.