Diego Quintana parece estar hecho de hielo. Cuando defiende la número siete amarilla nada es suficientemente  capaz de alterar su concentración. Ni la rudeza de la marca de sus rivales, ni las variantes tácticas ordenadas por el técnico Salvador Capitano. Fuera de la cancha es igual. Persigue un objetivo final –“salir campeón por primera vez en mi carrera profesional”, aseguró a su arribo a Guayaquil– y no da señales de distraerse en la búsqueda de su objetivo.

Sin embargo, el Clásico del Astillero no es un encuentro más para él. Se enteró de su existencia e importancia por medio de  Iván Hurtado, cuando el hoy defensa del Pachuca mexicano era su compañero en el Real Murcia español. Y ahora está presto a debutar en él.
“Creo que todos los partidos son importantes, pero los clásicos siempre tienen un plus extra.
Además, después de la derrota ante Liga de Quito y la forma en que perdimos, nos viene bien que nuestro próximo rival sea justamente Emelec”.

Los clásicos no le son ajenos. El delantero de 26 años los vivió cuando jugó en el Newell’s Old Boys y en el Instituto de Córdoba argentinos, así como el Real Murcia español, con los que se enfrentó a Rosario Central, Talleres de Córdoba y Ciudad de Murcia, respectivamente.
También los protagonizó con la selección argentina Sub 20 –de la que formó parte y se proclamó campeón mundial en Malasia 1997–, con la que se enfrentó a su similar de  Brasil.

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Pese a que los resultados no han favorecido últimamente a los toreros, el rosarino se siente tranquilo por el trabajo realizado. “Me siento bien. Prefiero y valoro mucho más que le vaya bien al equipo. Estaría más contento si fuéramos punteros y hubiésemos ganado todos los partidos”.

Hoy, ante Emelec, vivirá su primer Clásico del Astillero, en el que volverá a ser de hielo para intentar, una vez más, salir vencedor.