Más de 200 personas han resultado muertas y miles han perdido sus hogares en los últimos días en el oeste y el centro-sur de Afganistán por las riadas e inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales caídas en el país, informaron fuentes oficiales.
 
Según dijo el coronel Dad Mohamed Rasa, portavoz del Ministerio del Interior, en la provincia de Farah (oeste), al menos 85 personas, de ellas 64 niños, han muerto ahogadas al ser arrastradas por las aguas, mientras que en la vecina Ghor, también murieron una mujer y sus dos hijos.
 
En la provincia de Oruzgan (centro-sur) se calcula que el número de fallecidos puede superar los 120, mientras que al menos 700 viviendas en varias aldeas han sido arrasadas por las aguas y miles de personas han tenido que buscar refugio en lugares altos para escapar de las aguas.
 
El comandante Steve Wollman, portavoz de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, dijo hoy a los periodistas que helicópteros militares norteamericanos habían rescatado este sábado, a 200 personas refugiadas en un islote en Oruzgan.
 
En el norte del país, en las provincias de Jauzjan y Balj, los ríos están subiendo de nivel y amenazan con desbordarse y destruir carreteras y poblados.
 
Entre los ríos que ha subido de nivel está el Ammo, que forma la frontera natural de Afganistán con Tayikistán y Uzbekistán y que amenaza con destruir las viviendas de miles de personas en numerosas aldeas.
 
Estas lluvias se producen después de un duro invierno en Afganistán, donde, tras seis años de sequía, cayeron las mayores nevadas de las tres últimas décadas, que provocaron la muerte de cientos de personas, gran parte de ellas niños.