“Yo que soy muy católico, en ese momento me olvidé hasta de rezar”, dice Arturo L. al recordar la noche del martes, 15 de marzo pasado, cuando fue víctima del robo de su vehículo con secuestro express (que incluye la retención momentánea del perjudicado).

Sentado la tarde del viernes pasado en la cafetería de su oficina, ubicada en la vía a Daule, Arturo relata que salió a las 19h30 con dirección a la ciudadela Los Ceibos, cuando en la calle principal de este sector fue interceptado por un vehículo Hyundai negro, justo cuando cruzaba un rompevelocidades.

“No acostumbro a ir despacio nunca, pero ese día no sé por qué frené y cuando vi que se bajaron cuatro tipos armados desistí de abrirme camino por la acera. Solo alcé los brazos”, cuenta mientras mira la taza de café que sostiene entre sus manos.

Publicidad

Dice que cuando le quitaban el reloj, uno de los delincuentes se puso al volante de su jeep Montero Sport, de placas PHQ-457, mientras los tres restantes le exigían que, arrodillado, entrara por la parte trasera del carro en silencio y con la cabeza agachada.

En tanto registraban el jeep, expresa Arturo, uno preguntó por sus tarjetas de crédito. “Les di una de débito del Banco Bolivariano con la clave. Fuimos, según escuché, hasta Circunvalación y Las Monjas (Urdesa); ahí sacaron 200 dólares. Además me robaron 70 dólares que tenía en efectivo, el celular y mi cadena de oro que yo mismo les entregué”, relata.

Luego de esto, los sujetos cambiaron de carro porque solo los vidrios traseros del Montero estaban polarizados y era fácil distinguir al chofer, agrega. “Cuando me cambiaron de carro inmediatamente me soltaron diciéndome que ellos no eran asesinos ni violadores. Camina de espaldas o te llevamos a la Perimetral, me dijeron”, recuerda.

Publicidad

La víctima pide no mencionar la dirección de su domicilio ni la de su trabajo “por mi seguridad y la de mi familia”, antes de terminar la entrevista porque, asegura, debe ir a buscar su camioneta.

La suerte fue distinta para Javier Santillán, cuyo vehículo fue encontrado por sus compañeros taxistas la noche del miércoles pasado en el sector de Flor de Bastión.

Publicidad

El Seat verde, de placas PDC-662, fue robado el 13 de marzo a George Vicente Bajaña Álvarez, quien lo alquiló a Santillán en 10 dólares diarios de las 14h00 a las 23h00.

Cuando pasaba por las calles Quito y Manuel Galecio, cinco personas, entre ellas una mujer embarazada, le pidieron una carrera hasta la entrada de la zona de Florida Norte.

Eran las 22h30. Una vez en el lugar, los delincuentes lo amenazaron con armas de fuego y le obligaron a que recorra la ciudad durante una hora.

Como no encontraron la posibilidad de cometer otro asalto, Vicente fue abandonado en el sector de La Aurora sin su reloj y 40 dólares que hizo en la jornada de trabajo.

Publicidad

Inmediatamente puso la denuncia en la Fiscalía adjunta a la Policía Judicial del Guayas (PJ-G), pero no quiso dar detalles sobre lo que sintió durante el robo express.

Santillán lo comprende y también quiere olvidar lo que sucedió. “Quiero dedicarme a mi trabajo que me exige muchos viajes por el país y los proyectos personales futuros”, concluye.