Las creencias populares  de la Semana Santa, que se inicia este domingo, quedan en el olvido.

Muchas de las acciones religiosas que se imponían los abuelos, durante los cuarenta días previos al Viernes Santo, son ahora solamente recuerdos que cada año se borran.

Las familias rezaban el Jueves y Viernes Santo; trataban de no hacer ruido; no consumían especialmente los viernes platos que eran elaborados con carne sino solo fanesca o mariscos. Incluso ayunaban.

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Mucho de esto ha cambiado. Incluso la postura de la iglesia. Monseñor Antonio Arregui, arzobispo de la ciudad, indica que esas viejas reglas forman parte de la religiosidad popular y que siempre tuvieron relación con el momento histórico. Ahora los tiempos han cambiado.

Las obligaciones que se sugerían cumplir por Semana Santa fueron desapareciendo con el paso del tiempo. Ahora, todas aquellas reglas que imponían los abuelos, son solo recuerdos que cada año se borran.

Hace unos 25 años, los hogares rezaban constantemente el Jueves y Viernes Santo; trataban de no hacer ruido; no degustaban platos elaborados con carne sino solo fanesca o mariscos. Y si el sacrificio era mayor, ayunaban.

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La gente dejaba de trabajar, no acudía a los balnearios, no bailaba y las parejas no tenían relaciones sexuales por el temor de que les ocurriera algo malo por no haber guardado el duelo por la muerte del Señor Jesús, señala el guarandeño Aurelio Chasibanda, de 90 años.

En esta época, muy pocas personas acatan esas obligaciones. Algunos restaurantes no varían el menú de sus comidas pero sí cocinan en menores porciones porque hay poca afluencia de público en esos días.

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La tradicional fanesca se convierte en una opción, pese a que no se vende en grandes cantidades.

La dueña del restaurante El Huequito, María Moyón, dice que la Semana Mayor presentará las típicas opciones como arroz con menestra, seco de pollo y chivo, caldo de gallina, entre otros.

“La gente me pide las mismas comidas, ya no respeta aquello de no comer carne”, precisa.

A diferencia de este comedor, en Rachy’s restaurante sí se elaborará la fanesca. Pero, es una olla mediana porque en un día puede haber unos diez pedidos, explica su administrador, Walter Victoria.

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El menú para la Semana Mayor será el mismo que otros días: moro con carne guisada, secos de todo tipo y asados.

En la Parrillada del Sol no se trabaja el Viernes Santo por decisión de sus dueños, ya que ellos guardan el descanso por la fecha religiosa. Pero los días anteriores se venden los típicos almuerzos y las carnes, pollos y chuletas asadas.

“Hay algunos clientes que nos piden pescado apanado, pero son unos cinco los que lo hacen”, señala Marcelo Ochoa y agrega que las ventas son bajas, porque las personas suelen ir a vacacionar.

Moteles
La Semana Santa no es un obstáculo para quien desea tener privacidad e intimidad con su pareja.

El propietario del hotel Mi Casa, Carlos Aguirre, ubicado en el centro de la ciudad, dice que la asistencia de parejas es menor los viernes, sábado y domingo santos respecto a los fines de semana regulares.

Él adjudica esta “baja” a los viajes que realiza la mayoría de personas por el feriado.

Por ejemplo, “un fin de semana bueno es cuando vienen unas 180 parejas; pero en esos días llegan solo unas 100 o 130”, precisa Aguirre.

Otros dos locales consultados por este Diario coinciden en este argumento y añaden que la pérdida que tienen es del 50%. Sin embargo, señalan que “para amarse no hay fechas”.

Postura de la Iglesia
Monseñor Antonio Arregui, arzobispo de la ciudad, indica que las viejas reglas impuestas por los abuelos forman parte de la religiosidad popular y que se trata de aspectos dependientes del momento histórico.

Según el religioso, el verdadero sacrificio que se debe realizar es el que cuesta. Es decir que “si estoy enojado con mi hermano, le pido disculpas; o visito a un enfermo”.

En cuanto a las relaciones sexuales de casados, dice que son una expresión de cariño de las familias y que son permitidas en esas fechas pues no hay un argumento contrario con bases fuertes.

TRADICIONES

No comer carne porque el alma se mancharía de pecado. Y lo que se necesita es la purificación.

No ingerir bebidas alcohólicas ni bailar porque se trata de un velorio por la muerte del Señor Jesús.

No bañarse porque la persona se convertiría en pez.

No trabajar porque la luna se comería al trabajador. De allí la supuesta figura de un leñador, un burro y un árbol que se ve en el satélite.

No tener relaciones sexuales por el peligro de quedarse pegado a la pareja.

No escuchar música de otro género que no sea sacra porque se trata de una ofensa o burla a Jesús.

No vestirse de rojo porque implica identificarse con Satanás.

No pronuciar malas palabras porque se ofendería a Dios.