Dos años después del arresto de 75 disidentes, el "desencuentro" entre Estados Unidos y Europa sobre Cuba quedó patente en un debate el jueves en Washington, donde analistas estadounidenses y diplomáticos europeo discreparon sobre el acercamiento encabezado por España.
 
La mesa redonda evidenció el "histórico desencuentro entre los Europeos y  Estados Unidos", declaró a la AFP el analista Mark Falkoff, al concluir el  debate organizado por el conservador American Institute Enterprise (AIE), sobre  la política de la UE hacia la isla caribeña.
 
"Respecto a Cuba, a pesar de que todos profesamos los mismos valores y los  mismos objetivos, en materia de métodos estamos irremediablemente divididos",  sostuvo el analista republicano del AIE.
 
En el debate, la embajadora de Luxemburgo, Arlette Conzemius, cuyo país  ejerce la presidente de turno de la UE, defendió la decisón europea de  suspender en enero pasado por seis meses las sanciones políticas contra Cuba y  volver a evaluar en julio sus relaciones con el régimen comunista de la isla.
 
"El objetivo de nuestra posición común es impulsar un proceso de transición  pacífica hacia la democracia" en la isla, explicó. "Si no hay diálogo, uno no  puede exponer su punto de vista", agregó, al referirse a la reanudación de las  visitas de alto nivel.
 
El consejero político de la embajada de España, Juan José Buitrago, explicó  la política de su Gobierno: "Nuestra perspectiva es que necesitamos una  normalización con Cuba y que Cuba se abra al mundo", declaró.
 
Falkoff, que dijo de España que era el país europeo más antinorteamericano  después de Grecia, buscó explicaciones históricas al "desencuentro".
 
"Tanto la izquierda como la derecha española han sido histórica, subliminal  o abiertamente procastrista", sostuvo, destacando como una excepción al  gobierno de José María Aznar, del que dijo que representaba "una versión  moderna de la derecha".
 
"Para la derecha histórica española, la pérdida de Cuba en 1898 frente a  Estados Unidos es una de las mayores tragedias de la historia moderna  española", afirmó. "El régimen de Franco, pese a perseguir, torturar y asesinar  a comunistas en casa, siempre mantuvo relaciones cordiales con Cuba", sostuvo.
 
Frank Calzón, de la organización anticastrista Centro para una Cuba Libre,  se sumó a las críticas contra el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez  Zapatero, y la UE por haber renunciado a invitar disidentes a sus embajadas en  La Habana el día de sus respectivas fiesta nacional.
 
"¿Existe otro caso en el que un gobierno extranjero dicta a los europeos  quiénes deben ser invitados y quiénes no?", preguntó.
 
"El hecho de que España no pueda invitar más a disidentes (a la embajada) y  que al mismo tiempo el rey esté recibiendo al canciller cubano, envía una señal  confusa a la gente detenida en las cárceles" del país caribeño, donde  permanecen 61 de los 75 disidentes detenidos hace dos años, lamentó.
 
"Antes de cambiar de política, pienso que habría que pensar en las  consecuencias", dijo.
 
La embajadora de Luxemburgo se vio forzada a salirle al paso de Calzón.  "Entrevistarse con Pérez Roque es una excelente oportunidad para transmitirle  claros mensajes sobre lo que estamos esperando", aseguró.
 
Las dos partes no lograr acercar sus posiciones antes de la conclusión del  debate. Para Falkoff, "ahora le toca a los europeos mostrar que su enfoque  rinde más frutos que la línea de Estados Unidos". Para Buitrago, es el régimen  de Castro el que debe mover ficha.