La pesca indiscriminada de especies protegidas y lenidad en la aplicación de las leyes ambientales que protegen a Galápagos, han conmocionado a la Unesco, que prepara una investigación a fondo sobre la situación en el archipiélago.
 
La escalofriante cifra de que Ecuador exportó el año pasado 850 toneladas de aletas de tiburón, especialmente al mercado asiático ávido de afrodisíacos, encendió la luz de alarma de los ambientalistas. Y es que esa cantidad supone el sacrificio de 1,7 millones de tiburones, la mayor parte capturados ilegalmente en la reserva marina de Galápagos.
 
Pese a que su captura está prohibida, la aparición de cadáveres de tiburón con las aletas cercenadas en las playas de algunas islas galapagueñas, encendió la ira de los ambientalistas que reclaman al Gobierno de Ecuador un mayor control.
 
La Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) no escapa a ese sentimiento y ya prepara una investigación a fondo.
 
Una fuente de la oficina de la Unesco en Quito precisó que una misión de la Organización visitará las islas en abril próximo, para evaluar la situación.
 
Los ambientalistas advierten que las Galápagos, declaradas hace 25 años por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad, podría ingresar en la lista negra de esta división de la ONU.
 
La posibilidad de que el archipiélago sea declarado como patrimonio en peligro, no solo asusta a los conservacionistas, sino también a las autoridades ecuatorianas, que retocaron una ley para prohibir la pesca de tiburones en todo el mar territorial y regular la captura accidental de la especie.
 
El director regional de la Unesco, Gustavo López Ospina, confirmó que la comunidad internacional está conmocionada por la situación y confirmó que entre el 14 y 16 de abril próximo la organización investigará "in situ" las denuncias.
 
La comitiva estará presidida por el director del Comité de Patrimonio Mundial, Francesco Bandarin, que también dirigirá una reunión del organismo en Quito, entre el 11 y 13 de abril, con el objetivo de evaluar la inclusión en esa categoría del Camino del Inca, una espectacular vía de comunicación de la antigua civilización andina.
 
López Ospina precisó que tras la cita en Quito, el grupo recorrerá las islas ecuatorianas para "evaluar el estado de conservación del archipiélago" y su reserva marina.
 
Remarcó que "la comunidad internacional está preocupada por lo que sucede en Galápagos. Las continuas matanzas de tiburones son noticias que son bien conocidas en el exterior", precisó.
 
Por su parte, la Alianza por Galápagos, una organización que reúne a los grupos ambientalistas que cuidan la biodiversidad en las islas, denunciaron que la pesca ilegal de especies y otros delitos de contaminación en el archipiélago tiene una explicación política.
 
Esa Alianza asegura que las Islas Galápagos, que también forman una provincia ecuatoriana, padecen de ingobernabilidad y debilidad institucional.
 
Critican la autorización que las autoridades políticas del lugar dieron a empresas para celebrar un torneo internacional de pesca en la zona de la reserva marina.
 
"La realización de un torneo de pesca deportiva en la isla San Cristóbal, la permanencia ilegal dentro de la reserva marina de embarcaciones ajenas a Galápagos y la promoción vía internet de paquetes turísticos que incluyen esta actividad", son otros detalles que demuestran la crisis de gobernabilidad en Galápagos, señala un informe del grupo ecologista.
 
Schubert Lombeida, del grupo Re-evolución Galápagos, aseguró que en el archipiélago no se ha desarrollado una gestión eficaz, por parte de las autoridades, para conservar la biodiversidad.
 
"Es importante que se diga la verdad a la comitiva de la Unesco de lo que sucede en las islas. Ellos se reunirán con los representantes del Gobierno", que han sido acusados de "no respetar la ley" de preservación en la región, añadió.
 
La zona de protección de las Islas Galápagos, situadas a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, abarca el 95 por ciento de los 8.000 kilómetros cuadrados de superficie que forman parte del archipiélago, donde cohabitan especies de fauna y flora, muchas de ellas únicas en el mundo.