Fuerzas israelíes transfirieron el miércoles a los palestinos el control de la ciudad de Jericó, una medida que probablemente ayudará al líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, a lograr un compromiso de cese al fuego con militantes radicales para poder reanudar las conversaciones de paz con Israel.
 
Este gesto, que se demoró durante semanas debido a disputas relacionadas con puntos de control, dio inicio a un proceso para entregar cinco ciudades en territorios ocupados de Cisjordania, el cual fue acordado el 8 de febrero en una conferencia entre Abbas y el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
 
La policía palestina se ubicó en rutas de acceso alrededor de Jericó después de que soldados israelíes se retiraron. El traspaso se selló con un apretón de manos de comandantes israelíes y palestinos.
 
El acuerdo permite que la policía armada de la Autoridad Palestina opere con la obligación de vigilar a los militantes radicales. A cambio, Israel acordó que suspenderá las redadas y que suavizará las restricciones en la región que afectan el movimiento de unos 40.000 habitantes.
 
Algunos palestinos hicieron con los dedos la V de la victoria en la ciudad oasis de Jericó, mientras soldados israelíes cargaban camiones con bloques de concreto que se usaban para los puestos de control y se los llevaban.
 
Otros se sintieron desencantados porque Israel no levantó una prohibición de seguridad contra los individuos que entran en Jericó, que no pueden ir a jugar al casino.
 
"Necesitamos que Israel permita el turismo aquí, porque el casino solía producir dinero para Jericó. Era nuestra fuente principal de ingresos. De otra forma, no veremos la diferencia de la retirada", dijo Alí al-Hilo, comerciante de Jericó.
 
El traspaso de poder relaja las tensiones militares en Jericó y permite que los residentes viajen libremente a otros pueblos en la región.
 
Sin embargo, soldados israelíes mantienen el control sobre el tránsito en el Valle del Jordán.   
 
TRASPASO POR ETAPAS
 
Israel, que duda de la capacidad de los palestinos para frenar a sus militantes radicales, insistió en que el traspaso comience en Jericó, porque esta ciudad ha permanecido en relativa calma durante los cuatro años de revuelta palestina por un Estado independiente.
 
Sharon prometió desplazar sus tropas fuera de otras cuatro ciudades -Tulkarm, Ramallah, Qalqilya y Belén-, donde han habido brotes de violencia, pero dijo que esto sólo se hará por etapas para asegurar que no se produzcan ataques militantes.
 
Abbas, quien fue elegido en enero para suceder a Yasser Arafat sobre promesas de acabar con la violencia y comenzar negociaciones por un Estado palestino, se ha reunido esta semana con militantes en El Cairo para persuadirlos de que declaren un cese al fuego oficial.
 
Entre tanto, tropas israelíes arrestaron el miércoles a un líder del grupo islámico Hamas, según testigos en Tulkarm. Fuentes de la seguridad israelí dijeron que deseaban interrogarlo.
 
Un sondeo publicado el miércoles reveló que el 84 por ciento de los palestinos y una proporción similar de israelíes quieren la calma y que comiencen las negociaciones de paz para Oriente Medio.