Varios diputados libaneses pidieron ayer la  dimisión del presidente Emile Lahud, pro sirio, para evitar que el país sufra una grave crisis política y económica.

La Constitución libanesa no contempla el proceso de destitución del jefe de  Estado, por lo que el presidente no puede ser depuesto de sus funciones,  excepto en el caso de alta traición.

Mientras, el jefe de Gobierno libanés designado, el pro sirio Omar Karame, terminó ayer consultas parlamentarias para formar un nuevo Gabinete, pero no consiguió integrar a la oposición.

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Tras la marcha de casi un millón de libaneses exigiendo la salida de las tropas sirias, el lunes, la agitación continuó ayer en Beirut cuando miles de estudiantes pro sirios se manifestaron cerca de la embajada de EE.UU. para pedir el fin de la injerencia de este país en el Líbano.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, dijo ayer que aceptaría a Hizbulá como partido político libanés si esa formación pro siria renuncia a las armas, prueba que no es terrorista y no desafía el proceso de paz en Medio Oriente. Además Washington insiste en el retiro total de las tropas sirias antes de las elecciones parlamentarias de mayo.