Decenas de personas de esta ciudad acuden a diario a los centros donde se practica esta técnica.

Una habitación con ambiente tranquilo y relajado, con sonidos de la naturaleza, es lo indicado para las clases de yoga.

El yoga es un sistema holístico, palabra que deriva de la voz sánscrita Yuj, que define esta labor como la  unión del cuerpo y alma del hombre, que con ejercicios suaves, sin necesidad de máquinas, y respiración, sanan.

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La disciplina, según varias páginas web, surgió en la India, en el año 3.000 a.c.
En las últimas décadas, esta tendencia dejó de ser parte de la cultura oriental y se implementó en el Occidente como medio para obtener salud mental y corporal.

En el Ecuador,  quienes lo practican  buscan eliminar la ansiedad y el estrés.
Jenny Jordán,  del Centro Integral Ollantay, explicó que el yoga que ellos imparten es el Hatha Yoga (o yoga del cuerpo físico).

Cada clase de yoga dura aproximadamente dos horas.  Jordán recomienda que se tomen tres veces a la semana como mínimo.

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“Todos pueden hacer yoga,  los ejercicios se dan según las edades.  Los niños y las embarazadas tienen prácticas especiales”, señaló. 

Vicente Zambrano, instructor de yoga en el Centro Privado de Atención Psicológica, manifestó que esta actividad es una cura profunda, dirigida a combatir las enfermedades psicológicas y nerviosas.

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Zambrano, antes de ser instructor, vivió una crisis de estrés agudo. “Estuve a punto de entrar al manicomio y por recomendaciones de un médico oriental tomé cursos de yoga, y mi recuperación fue inmediata”, manifestó.

Según los que lo practican, el yoga puede ayudar a los niños hiperactivos.  Les permite conocerse mejor y orientar su energías. Lo recomiendan para las personas deprimidas,  porque regula sus emociones y les equilibra las energías.  

Las gestantes  tienen ejercicios especiales.   “La embarazada  es hipersensible y necesita mucho control en la parte emocional, y requiere preparar su cuerpo para el momento del parto”, dijo Zambrano.  

“Al principio es muy difícil relajarse y dejar de pensar en el resto de cosas, pero luego le vas cogiendo el golpe y aprendes a concentrarte y manipular tu cuerpo para darle órdenes y sentirte mejor. Hasta el bebé se tranquiliza”, dijo Sonia Castro, quien se encuentra en octavo mes de gestación.

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Zambrano afirmó que esto se debe a que en la respiración de  una mujer se encuentra su tranquilidad y confianza.

Para las personas que viven en constante estrés recomienda pranayama (dominio de la respiración).