La vitamina E no previene el ataque cardiaco ni el cáncer y en grandes dosis puede resultar nociva para la salud, según un estudio publicado este martes en una importante revista médica.
 
Luego de estudiar durante siete años a miles de pacientes con problemas cardiacos y diabetes, los investigadores hallaron que no sólo el suplemento de vitamina E fracasa a la hora de prevenir ataques al corazón y cáncer, sino que  además puede llegar a incrementar el riesgo de infarto.
 
"En conjunto con su falta de eficacia, el daño potencial sugerido por los  resultados de nuestra investigación apoya fuertemente nuestra visión que los  suplementos de vitamina E no deberían ser utilizados en pacientes con problemas  vasculares o diabetes", escribió la doctora Eva Lonn del Population Health  Research Institute de la McMaster University en Hamilton, Canadá.
 
El estudio, publicado en el diario de la American Medical Association (JAMA), involucró a 9.541 pacientes mayores de 55 años en 267 centros de estudio de América del Norte y Europa.
 
Todos los pacientes sufrían problemas vasculares o diabetes y eran tratados con placebo o con una dosis diaria de 400 IU de vitamina E natural. El estudio  inicial fue ideado para cinco años, pero se extendió dos más, tiempo durante el  cual 3.994 pacientes continuaron el estudio y 730 aceptaron ser monitoreados pasivamente.
 
Antiguos estudios de epidemiología y biología experimental sugerían que los  antioxidantes como la vitamina E podían prevenir deterioros en las células así  como el desarrollo de células cancerígenas. También sugería que los  antioxidantes podían reducir la acumulación de colesterol en las paredes  arteriales.
 
"Esta investigación cierra efectivamente la puerta a la perspectiva de un  efecto de mayor protección al estar expuestos a este suplemento durante un  largo período de tiempo", escriben los doctores Greg Brown y John Crowley en el editorial que acompaña el informe publicado.
 
También agregan que el estudio demuestra que los antioxidantes -que  hicieron furor durante los años 1990 cuando se popularizó el uso de las vitaminas E, C y los suplementos de betacaroteno bajo la creencia que prevenían el cáncer y los ataques al corazón- no ofrecen, actualmente, beneficios  reales.