EL TEMA
En la mesa que discute las normas o reglas de origen (procedencia u origen de un producto), los negociadores intentan definir los mecanismos que se adoptarán, en los países que suscriban el TLC, para precisar la procedencia y el lugar de fabricación de los bienes que se intercambien.

El objetivo es garantizar que el acuerdo cubra, únicamente, a los productos de los países miembros. En este caso: Colombia, Ecuador, Perú y los EE.UU. Así, se excluyen de los posibles beneficios (especialmente, la desgravación arancelaria para exportar sin impuestos a los EE.UU.) a los bienes originarios o elaborados (como textiles) en otros países, entre estos, China. Al exigir el cumplimiento de normas de origen, se pretende evitar la “triangulación”; es decir, que otras naciones utilicen las preferencias que comparten los miembros del TLC.

Para lograr el objetivo, es necesaria la modernización aduanera, el mejoramiento de los controles fronterizos y una revisión de la legislación.

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AVANCES
Tres temas marcan la negociación de esta mesa: el origen de los desechos y desperdicios; de los productos remanufacturados; y la pesca en aguas internacionales por barcos que no sean de bandera, según el último reporte del Ministerio de Comercio Exterior.

Un tema sensible es el trato que recibirá el atún nacional. Si bien aún no se define si este producto se beneficiará o no de una desgravación arancelaria inmediata (libre de impuestos), Ecuador y Perú discuten con los EE.UU. si dentro de los parámetros que se considerarán para determinar el origen del atún están el lugar donde se realiza la pesca, la nacionalidad del barco o el sitio donde se lo procesa.

También se debate si el control efectivo corre a cargo de las empresas estadounidenses, a través de una certificación de origen, o de las instituciones de control ecuatorianas.

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Esta mesa analiza, todavía, un tratamiento especial para los textiles, pues muchos pueden producirse en Asia por empresas estadounidenses a precios tan bajos que desplazarían a las industrias nacionales y generarían una competencia desleal. EE.UU. tiene una posición inflexible sobre las partes y piezas de maquinarias: deben ser originarias de los países miembros del TLC para beneficiarse del acuerdo.

EFECTOS
Al aplicar reglas o normas de origen previamente acordadas, los países que suscriban el TLC podrán ejercer un mayor control sobre las actividades comerciales, con el fin de evitar la “triangulación” de mercadería; por ejemplo, el envío de bienes extranjeros como si fuesen estadounidenses hacia el Ecuador, o viceversa.

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El contrabando sería uno de los principales delitos por ser sancionados.

Los consumidores tendrían mayores garantías sobre la calidad y la procedencia de los productos que llegan sin aranceles (sin impuestos) al mercado nacional.

Y dependiendo del contenido definitivo del acuerdo comercial, los reclamos por posibles fallas de un bien podrían ser canalizados hasta obtener una respuesta de los fabricantes. Lo mismo sucederá con los consumidores de productos ecuatorianos en el mercado estadounidense.

El costo de ciertos productos podría incrementarse, pues los artículos que llegan por contrabando –que son más baratos y, en muchos casos, de menor calidad– tendrían controles más rígidos y más problemas para su comercialización.

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Las empresas –importadoras y exportadoras– deberán ajustar sus sistemas a los nuevos procedimientos y trámites.