Bolivia mantiene la esperanza de que una cumbre en la que sectores políticos y sociales discuten hoy la controvertida ley de hidrocarburos solucione la grave crisis del país que incluyó la renuncia del presidente, Carlos Mesa, que rechazó luego  el Congreso.

Sin embargo, el gobierno anunció que no asistirá a la cumbre, debido a la negativa de algunos actores sociales a participar  en ella, según el comunicado oficial divulgado anoche.

El defensor del pueblo, Waldo Albarracín, y el presidente de la Asamblea de Derechos Humanos, Sacha Llorenti, son los promotores del encuentro para “evitar violencia y (...) que corra sangre de bolivianos”.

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El régimen y la oposición, que lidera el diputado indígena Evo Morales, discrepan en el porcentaje del pago de regalías de las petroleras extranjeras.

Un referendo realizado en julio del año pasado ordenó cobrar regalías e impuestos por un valor que llegue al 50% de la producción de gas y petróleo en favor del país.

El Ejecutivo plantea regalías del 18% con impuestos adicionales del 32%.