Las regalías petroleras y la nacionalización de los hidrocarburos mantienen dividida a Bolivia.

La Central Obrera Boliviana (COB) llamó a una huelga de 48 horas entre martes y miércoles, para exigir al presidente Carlos Mesa que nacionalice el gas, mientras  gobierno y oposición buscaban coincidencias para una nueva ley de hidrocarburos.

La medida sindical intenta presionar para que el Congreso, que retomará el martes el tratamiento de la legislación petrolera, apruebe el aumento de las regalías por la explotación de hidrocarburos.

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Mesa y el movimiento sindical liderado por Jaime Solares, máximo dirigente de la COB, y Evo Morales, diputado indígena y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), difieren sobre la aplicación de un referendo vinculante realizado en julio pasado, que ordena cobrar “impuestos y/o regalías a las empresas petroleras llegando al 50% del valor de la producción del gas y el petróleo en favor del país”.

Los sindicatos postulan el pago máximo de estas regalías por las petroleras extranjeras, es decir el 50%, mientras que el Mandatario quiere mantener el actual 18%, pero creando un Impuesto Complementario a los Hidrocarburos (ICH) de 32%, susceptible de descuentos y compensaciones, que disminuyen considerablemente la recaudación.

El presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, presentó una tercera alternativa para terminar el conflicto, planteando el pago del 18% de regalías y un Impuesto Directo a los Hidrocarburos  (IDH), sin descuentos ni compensaciones.

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Intento de diálogo
Mientras, la iglesia Católica; el defensor del pueblo, Waldo Albarracín; y el presidente de la activista Asamblea de Derechos Humanos, Sacha Llorenti, intentaban coordinar para mañana una cumbre política-social con el propósito de pacificar Bolivia.

“Queremos evitar la violencia, queremos evitar que corra sangre de bolivianos  y espero que todos puedan participar en este encuentro que pretende ser el paso  inicial para resolver la crisis social”, señaló Llorenti.

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El gobierno, dirigentes empresariales e incluso el MAS, de Evo Morales, prometieron acudir a la cita que será en la  ciudad de Cochabamba, 400 km al este de La Paz, pero la Central Obrera Boliviana de Solares anunció que no participará, y que luchará por la nacionalización de los hidrocarburos con la huelga, que incluirá paros, cortes de ruta y  movilizaciones callejeras.

Sin embargo, Solares no cerró la posibilidad de retomar el diálogo con el régimen  para discutir el  tema del gas.

En tanto, cientos de vehículos seguían varados en la carretera  Cochabamba-Santa Cruz cortada desde la semana pasada por seguidores de Evo Morales.

“Todos los espacios que sean para dialogar son buenos, lastimosamente la ley de hidrocarburos ha sido tan manoseada que no creo que lleguemos a un buen resultado, tanto para Bolivia como para las  empresas”, manifestó Víctor de los Heros, presidente de el gremio de los empresarios de La  Paz.

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