Para la sucesora de María Susana Rivadeneira, el Miss Ecuador 2005 fue el primer certamen de belleza en el que ha participado. Pensó durante un año antes de aceptar inscribirse en el torneo nacional, al que considera una gran responsabilidad.

Cuando se ha dormido una sola hora en la noche, al día siguiente los párpados pesan como una tonelada. Sobreponerse a ese cansancio es un verdadero acto de valor que Ximena Zamora, la nueva Miss Ecuador, asumió gustosamente ayer.

En los jardines del hotel Quito, la estudiante de arquitectura ensaya una sonrisa blanquísima y una pose seductora, para complacencia del fotógrafo y de los curiosos huéspedes que toman el sol junto a la piscina. Ni huellas del trajín del concurso ni de la celebración hasta las 04h00. Pero a los 20 años ¿quién podría agotarse de tantas atenciones y glamour?

Publicidad

¡Congratulations!, la saluda un admirador de barba blanca al estilo Hemingway. Una bañista gorda, con gafas y gorro, la mira fastidiada de arriba  abajo y, aburrida, se hunde en la lectura de un periódico.

El ajetreo del primer día de reinado de Ximena no le quita un mínimo de tranquilidad, pese a que antes del concurso, el mundo de las cámaras y  pasarelas solo era para ella una actividad secundaria. Ahora tendrá que habituarse a la visibilidad durante un año y ya no hay vuelta atrás.

Este lunes irá a Guayaquil a una reunión de trabajo en la Fundación Miss Ecuador, donde comenzará a delinear sus actividades, que estarán dirigidas principalmente a la protección de las mujeres maltratadas.

Publicidad

Cuando habla de ese tema se pone seria y dice que la violencia intrafamiliar solo se debe combatir mediante un cambio cultural y una buena educación no solo de los hombres, sino también de las mujeres.

Ximena esperaba descansar ayer por la tarde, pero al mediodía comenzó  a resignarse a tener su agenda copada. No importa, ella mira a la cámara, sonríe, posa, según el requerimiento de los fotógrafos. Que se coloque por acá, que camine por allá, que levante la cabeza, que la baje, que una de cerca, que así estás muy bien...

Publicidad

Su madre, Patricia Moreano, la mira con una mezcla de alegría y compasión. Ella sabe que no solo el tiempo de su hija estará copado, sino que la agenda familiar también se verá alterada, porque se ha propuesto apoyar en todo a la nueva representante ecuatoriana en el concurso Miss Universo, en Tailandia. Se aparta discretamente del grupo aunque no puede evitar que, de rebote, también las cámaras se dirijan a ella. Viene la rueda de prensa y las preguntas típicas. Que cómo te sientes en tu primer día, cuáles son tus planes, qué opinas de tus compañeras... y todas esas profundidades.

Ximena responde a medias, calcula bien lo que dice, no tiene nada claro todavía... ¿y quién puede tener algo claro con una corona en la cabeza y en medio de tanta gente y de tanta preguntadera?

Reinado

Una de las primeras llamadas telefónicas de felicitación que Ximena Zamora recibió fue la del Decano de la Facultad de Arquitectura, de la Universidad San Francisco de Quito, donde estudia. 

Publicidad

Ayer, en su  primer día como Miss Ecuador 2005, Ximena Zamora desayunó en compañía de sus padres, Patricia Moreano y Patricio Zamora, y del missólogo  Marco Tapia.

Marielisa Marques,  elegida primera finalista, representará al país en Miss Mundo; Bianca Salame, segunda finalista, irá al Miss International; Magdalena Stahl, tercera finalista, a Miss Mesoamérica; y María Gracia Manzano, al Reina Mundial del Café.

El resto de las participantes al concurso Miss Ecuador tenían previsto retornar ayer a sus ciudades de origen.

Tras la  gala de elección, algunas de las concursantes y finalistas fueron a un centro nocturno llamado Fútbol News. Allí también estuvieron Irene Zunino, el cantante venezolano Jeremías y los ecuatorianos Danilo y José Daniel Parra.

El lunes 14  de marzo, la guayaquileña María Gracia Manzano, que irá al Miss Reina Mundial del Café,  celebrará su cumpleaños en esta ciudad, A la fiesta están invitadas Ximena Zamora y varias de las candidatas, en especial las que viven en Guayaquil.