La Cancillería confirmó que los dos vecinos han solicitado acuerdos migratorios de tipo laboral.

El ministro de Trabajo, Raúl Izurieta, aseguró ayer que la autorización para que 4.000 peruanos trabajen en el sur del país “va en el sentido de que los extranjeros tengan los mismos derechos que los ecuatorianos; es decir, la remuneración mínima y tengan derecho a su afiliación (al Seguro Social)”.

La Dirección General de Extranjería indicó, no obstante, que el acuerdo todavía no se firma, pues están en análisis aún los temas de seguridad social o el costo del permiso laboral, que asciende a $ 240. Perú solicitó que este sea gratuito. Empresarios de Guayaquil y Azogues cuestionaron el proyecto.

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Al anuncio del presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, de que autorizará el ingreso de 4.000 trabajadores peruanos para que suplan la escasez de mano de obra en el sur del país, se suma el pedido de Colombia para suscribir un acuerdo migratorio que les permita a sus ciudadanos trabajar legalmente en territorio ecuatoriano.

El director general de Extranjería, Nerú Velasteguí, confirmó ayer a este Diario que desde enero del año anterior las cancillerías de Perú y Ecuador analizan el proyecto.

Señaló que varias empresas -entre ellas el Ingenio La Troncal, en Cañar- se acercaron a la Dirección General de Extranjería y al Ministerio de Trabajo para apoyar la suscripción de un convenio migratorio con Perú, “porque en las provincias de Azuay, Cañar y Loja no hay mano de obra nacional, por la fuerte migración nacional a los Estados Unidos y a España”.

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Explicó que las empresas “publican anuncios de oferta de trabajo para la zafra, por ejemplo, en los medios impresos y solamente se presentan migrantes ilegales del Perú”.

El ministro de Trabajo, Raúl Izurieta, coincidió en que “el pedido es producto de la falta de personal ecuatoriano en esta área del austro”. Patricio Romo, presidente de la Cámara de la Construcción de Azogues, no está de acuerdo con la decisión. “No es conveniente y si bien cobran menos, la calidad de los acabados dista de ser una obra calificada”.

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Para algunos contratistas, en cambio, el costo de la mano de obra cuenta. Mientras un albañil ecuatoriano cobra entre 80 y 100 dólares semanales, un peruano exige entre 60 y 70. “Incluso, buscando, hay quienes cobran menos, 40 o 50 dólares”, advirtió Romo.

Jaime Arciniegas, dirigente sindical, sostuvo que “sin el ánimo de cuestionar el derecho de los trabajadores peruanos, se necesita una política que primero cubra las necesidades de los ecuatorianos”.

Según la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Ecuador cerró el 2004 con un desempleo del 11%; Perú, del 9,5%; y Colombia, del 15,5%.

¿La migración interna está en los planes del Gobierno? “Ojalá los mismos ecuatorianos ocupen esas plazas y no que se piense que solo Quito y Guayaquil son ciudades para trabajar”, dijo Izurieta, tras ratificar el convenio con el Perú.

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Aunque el Gobierno carece de un plan concreto para promover la migración interna, para Velasteguí la idea no debe descartarse. “El conflicto aquí son los bajos salarios, por eso los ecuatorianos salen al exterior, y la escasez de estadísticas para saber en qué provincias hay mayor desempleo para hacer una campaña”.

La posición frente a los pedidos de Perú y Colombia se debatirá en una reunión del Consejo Consultivo sobre Migración, el próximo viernes.