La industria del secuestro en Brasil se cobró hoy, en menos de cinco meses, la tercera víctima en lo que parece ser su nuevo y más rentable foco, las madres de futbolistas consagrados.
 
Luis Fabiano Clemente, ex jugador del Sao Paulo, goleador de la pasada edición de la Copa Libertadores y titular de la selección que conquistó la Copa América de 2004, vive desde hoy un drama que ya superaron sin consecuencias fatales, pero con mucha angustia y hasta con el pago de rescates los astros Romario, Robinho y Grafite.
 
Otro drama pudo haber vivido Ronaldo con el secuestro relámpago de un hermano, según una versión periodística no desmentida.
 
Sandra Helena Clemente, madre del delantero del Oporto Portugués Luís Fabiano, fue raptada esta mañana cerca de su residencia en el barrio Ponte Preta del municipio de Campinas, a 100 kilómetros de Sao Paulo, informaron medios periodísticos.
 
La mujer, de 43 años, fue conducida a punta de pistola por dos hombres dentro de un vehículo oscuro, según testigos.
 
Luís Fabiano, fue informado del secuestro en la sede de concentración de su club, aunque sus familiares no precisaron si viajará a Brasil para seguir de cerca el caso, que se produce 25 días después de la desaparición de la progenitora del goleador del Sao Paulo Edinaldo Batista Libanio, "Grafite".
 
Ilma de Castro Libanio, fue liberada el 24 de febrero pasado, 26 horas después de que tres hombres la sacaron bajo amenazas de su residencia en Campo Limpo Paulista, región del municipio de Jundiaí.
 
El padre y el hermano de Grafite fueron amarrados y amordazados por los hombres que sacaron a la mujer de 51 años, a quien policías encontraron por casualidad en una finca cercana. Dos personas terminaron detenidas y un sospechoso más permanece prófugo.
 
El drama del astro del Santos Robinho y su familia por el plagio de Marina de Souza duró 41 días y pudo costarles 200.000 reales (unos 77.000 dólares).
 
La madre del ariete que pretende el Real Madrid fue secuestrada por dos hombres el 6 de noviembre de año pasado cuando participaba de una fiesta familiar en Praia Grande, región litoral vecina al municipio de Santos.
 
 La víctima fue liberada en buenas condiciones físicas el pasado 17 de diciembre en Sao Paulo y desde entonces no sale sola de casa y se moviliza en un automóvil blindado, como el de Robinho.
 
Una imprevista visita de Ronaldo a Río de Janeiro a finales de enero pasado fue atribuida por la prensa local al "secuestro relámpago" de su hermano Nelinho.
 
"Todos los que lo rodean (a Ronaldo) tienen miedo de hablar sobre el asunto, pero una fuente muy próxima a la familia lo confirmó", garantizó el 4 de enero pasado una leída columnista. Ni Ronaldo ni sus allegados se pronunciaron para confirmar o desmentir la versión.
 
El 2 de mayo de 1994 fue secuestrado Edevair de Souza Faría, padre de Romário, el máximo goleador en activo de Brasil.
 
El caso, que se solucionó seis días después tras un operativo policial en un suburbio de Río de Janeiro, ocurrió en momentos en que el jugador y la selección se alistaban para el Mundial de Estados Unidos.
 
Dos mujeres fueron detenidas y hace cuatro años escandalizaron al país al revelar una oscura trama que apunta como responsables a un hermano del jugador y a la misma víctima.
 
Los secuestradores exigieron a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) el pago de siete millones de dólares para liberar al padre de Romário, que entonces militaba en el Barcelona.
 
En todos estos casos, criminalistas, psicólogos y sociólogos han coincidido en achacar el nuevo interés de los secuestradores a la sobre exposición de los futbolistas en los medios de comunicación.
 
En su mayoría, los jugadores provienen de favelas, han convivido durante su infancia con organizaciones marginales y, pese a las cuantiosas ganancias obtenidas en pocos años de carrera, mantienen lazos familiares e intereses materiales en esos barrios, lo que los convierte en objetivo de fácil ubicación por parte de criminales, según los expertos.