Es realmente asombroso y degradante cómo ciertos canales de televisión llenan sus espacios con “basura mental”; ahora se han puesto de moda programas de “farándula” destinados a meterse en la vida ajena, con chismes.

Entonces uno se pregunta: ¿En qué nos enriquece esto? ¿Acaso las distinguidas damas que dirigen o animan esos programas no son también madres de familia, que deberían preocuparse por los ejemplos o modelos que se muestran en la televisión a niños y jóvenes?

¿Por qué hemos caído tan bajo que celebramos esa guerra de unos criticándose y sacándose los cueros al sol de un canal a otro?

Publicidad

La televisión nacional debe mejorar. No hay que preocuparse ni desesperarse tanto por el rating, sino por la calidad de los programas.

¡Y después nos quejamos que nuestros hijos crecen en una sociedad sin valores!

Dr. Eduardo Idrobo Coppiano
Guayaquil