El camal Metropolitano de Quito laboró ayer normalmente a pesar de la orden de clausura que tiene ese recinto de faenamiento desde el martes pasado, emitido por la Dirección de Salud de Pichincha.

Ayer, el gerente de esta entidad, Jorge Panchi, dijo que se presentará una apelación, dentro de los tres días que le otorga la ley. De ser así, el caso pasaría a manos del ministro de Salud, Teófilo Lama. Además criticó a la Dirección de Salud por  tomar una medida “irresponsable”, ya  que de clausurarse el camal habría un desabastecimiento del 60% de los productos cárnicos que se expenden en la capital.

Mientras tanto, el alcalde de Quito, Paco Moncayo, indicó que “no permitirá el cierre del camal, pues los funcionarios de Salud son afines al Gobierno y en este sentido no trabajan ni dejan trabajar por el bien de la ciudad”.

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De su parte, el comisario de Salud, Carlos Carranza, quien manifestó no pertenecer a  tienda política alguna, aseguró que su sentencia fue emitida técnicamente. “Una comisión comprobó en enero pasado que existían problemas de contaminación, y que el faenamiento se lo estaba haciendo manualmente”, señaló.

Panchi se comprometió a invitar a la prensa para que constate que el camal trabaja bajo medidas de calidad e higiene. Aseguró que los desechos sólidos son incinerados, y  los líquidos tratados por la Empresa Metropolitana de Alcantarillado y Agua Potable.