Las declaraciones del gerente de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), coronel Carlos Arboleda, respecto a  irregularidades administrativas detectadas en diario El Telégrafo, fueron desmentidas ayer por el director del medio, Carlos Navarrete Castillo.

Según Arboleda, la empresa no ha presentado sus estados financieros del 2003 a los accionistas; y por ello, la AGD como dueña de más del 80% de las acciones del matutino, realizará cambios en la administración.

Pero Navarrete indicó que entre finales de noviembre del 2002 hasta febrero del 2004, la administración prácticamente estuvo en manos de la AGD, pues el entonces gerente de la entidad, Oswaldo Tamariz, “se hizo nombrar director y presidente de la compañía y a su vez se integró un directorio conformado por empleados y funcionarios de la AGD”.

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Así, las irregularidades que señala Arboleda, si se hubieren dado, “corresponderían irónicamente al periodo en el que se hizo cargo la AGD”, explicó. A eso añadió que en febrero del 2004, cuando él asumió la dirección del periódico, le tocó reconstruir y descubrir un estado financiero que los representantes de la AGD no hicieron, pues se debía cumplir con lo que establece la Intendencia de Compañías.

Navarrete aclaró que la Agencia nunca hizo aportes en la empresa, porque de acuerdo con la Ley, la entidad no puede invertir fondos públicos, sino cobrar las acreencias a los bancos para pagar a los depositantes. También reiteró que la participación accionaria de la AGD, es de algo más del 23% y la suya, del 76%. Ello porque las acciones que incautó la AGD, el 8 de marzo del 2002 (vinculadas al ex banquero Fernando Aspiazu) fueron por $ 148.351,80; y en agosto del 2002, “hicimos un aumento de capital de 500 mil dólares: 499.080 dólares, suscribí yo y la diferencia, dos accionistas que también son sucesores de la familia que fundó este periódico”.

Arboleda expresó, la tarde del lunes, que El Telégrafo deberá rendir cuentas a sus accionistas, y que se quiere un medio de comunicación que informe lo bueno que hace el Gobierno y  los errores”. Pero Navarrete señaló que no permitirán injerencias.