Es impresionante cómo las personas que no fumamos tenemos que soportar constantemente la impune agresión de los fumadores que sabiendo, en la mayoría de los casos, que hay leyes que lo prohíben, fuman descaradamente, repartiendo veneno en el ambiente.

Asisto constantemente a patios de comidas de centros comerciales, y en algunos no hay una sola mesa donde uno no tenga de vecino  a un fumador amparado en la impunidad que le proporcionan los administradores o dueños de los locales de comida, que por supuesto no van a arriesgarse a perder un cliente.

¿Hasta cuándo? Seguramente hasta que los usuarios no fumadores –que somos mayoría– nos unamos y decidamos hacer algo en conjunto que evite que seamos agredidos de esa forma tan grosera.

Publicidad

Paquita Barreto Flores
Guayaquil