Los poderes Ejecutivo y Legislativo acordaron la elección de prefectos; que se realice un referendo autonómico y se convoque una Asamblea Constituyente.

Mandatario logró un pacto de gobernabilidad con la mayoría de fuerzas políticas.

El Congreso de Bolivia rechazó anoche por unanimidad la dimisión del presidente Carlos Mesa, quien presentó su renuncia el lunes ante el Legislativo.

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Tras exponer el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossio, los sucesos ocurridos en el país andino desde que Mesa anunciara su renuncia el pasado domingo, se procedió a una rápida votación a mano alzada.

El Congreso invitó después a Mesa a intervenir ante la cámara para dirigirse a la nación, mientras que en el exterior de la sede del Legislativo más de un millar de seguidores del gobernante celebraban el resultado de la votación.

El mandatario logró quedarse en el cargo tras llegar a un acuerdo de gobernabilidad con la mayoría de las fuerzas políticas.

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El Congreso de Bolivia rechazó ayer por unanimidad la renuncia del presidente Carlos Mesa, en una histórica  sesión que ratificó la continuidad de su mandato hasta agosto del 2007.

La dimisión del mandatario, acosado por presiones sociales y regionales, fue  rechazada anoche sin debate y en dos instancias, por aclamación y signo (se levanta la mano). En menos de cinco minutos, 157 parlamentarios desestimaron la renuncia del gobernante.

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Un acuerdo entre las principales fuerzas políticas, excepto del opositor  Movimiento Al Socialismo (MAS) -del diputado y líder cocalero Evo Morales-, para garantizar la gobernabilidad mediante una  tregua social, allanó la ratificación del jefe de Estado.

Morales, promotor de las protestas que según el MAS continuarán, apoyó la permanencia de Mesa en el  cargo.

En el Parlamento, el gobernante aceptó la decisión del Congreso y la calificó de “importante” para “resolver con  sensatez, con racionalidad, con espíritu de paz y con espíritu de futuro una  crisis institucional” que derivó en su dimisión el domingo pasado.

Mesa había recibido el respaldo de sus pares de Brasil, Perú, Argentina y  Uruguay, y la solidaridad de la Comunidad Andina y de la Comunidad  Sudamericana de Naciones. EE.UU. y México, en nombre del Grupo de Apoyo a Bolivia, compuesto por más de 15 países de América y Europa, también se  sumaron a la exhortación de respetar la institucionalidad boliviana.

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