El presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, pidió este martes a simpatizantes y opositores a su Gobierno que entierren "las hachas de guerra" y preserven la paz ciudadana, menoscabada en los últimos cinco meses por una espiral de agresividad política.
 
"Hago un llamado clamoroso al pueblo ecuatoriano para mantener la unidad, la paz, la tranquilidad, y principalmente a la oposición y a sectores afines al Gobierno a enterrar las hachas de guerra y sentarnos a dialogar por el bienestar" del país, señaló Gutiérrez.
 
"Los enfrentamientos no conllevan nada bueno, pues por el contrario dan paso a la desunión nacional", indicó Gutiérrez, quien ha negado cualquier responsabilidad del Gobierno en los recientes episodios de violencia.
 
Diez casos de agresiones sufridos por políticos y personalidades públicas se han registrado en los últimos trece meses en Ecuador, sin que se sepa quiénes son los responsables o sus móviles.
 
El último caso se registró hoy, cuando la gobernadora (representante del Ejecutivo) de la norteña provincia tropical de Esmeraldas, Rosa Cabezas, resultó herida de bala por disparos hechos por desconocidos contra su automóvil en una carretera cercana a Quito.
 
El pasado fin de semana, el diputado socialista Enrique Ayala sufrió contusiones de consideración cuando fue atacado por desconocidos que tirotearon su vehículo.
 
Gutiérrez deploró esos y otras acciones de violencia que se han perpetrado contra personalidades e instituciones del país, sin que hasta ahora la policía haya esclarecido los hechos.
 
Con esta escalada de violencia se hace un gran daño a "la imagen del país en el exterior", agregó el gobernante, tras aclarar que los ataques han afectado tanto a opositores como a simpatizantes del Gobierno.
 
Según Gutiérrez, "es el momento de bajar el tono y la violencia porque, con esta última, todos los ecuatorianos perdemos y no se consigue nada bueno".
 
"El Gobierno y el presidente de la República, a la cabeza, van a realizar grandes esfuerzos para contribuir a la paz y a la reconciliación nacional", subrayó el jefe del Estado.
 
Aseguró que respetará las manifestaciones de protesta que sus opositores organizan en varias regiones y subrayó que las movilizaciones "son expresiones legítimas en un régimen democrático y tolerante como el actual".
 
"Vamos a permitir las marchas y, sobre todo, daremos seguridad para que las personas independientes que deseen trabajar no sean afectadas" por las paralizaciones, subrayó.
 
El Gobierno y la oposición política en Ecuador se han enzarzado en una dura lucha desde que en diciembre una mayoría parlamentaria afín al Ejecutivo logró reestructurar la Corte Suprema de Justicia.
 
El oficialismo designó entonces a nuevos jueces de la Corte en una maniobra parlamentaria que fue calificada por la oposición de "inconstitucional y anti-democrática", pues aseguraban que se rompió la independencia y autonomía de esa institución y se vulneró el Estado de Derecho.
 
El Gobierno justificó esa reestructuración con el argumento de que se logró liberar a la Corte Suprema del control que habían ejercido en los últimos 20 años los partidos políticos tradicionales, ahora coaligados en la oposición.