El obispo anglicano Walter Crespo, mediante un comunicado, desmintió que la iglesia anglicana haya recibido dinero para abandonar el poblado de El Paraíso La 14, y aseguró que durante su permanencia de seis años en el lugar se invirtieron  más de cien mil dólares en la construcción de la iglesia del lugar.

El templo, ubicado en el sector de La Manga del Cura, una zona en litigio entre Guayas, Manabí, Los Ríos y Pichincha, permanece cerrado hace más de un mes por un grupo de pobladores que denuncian que las autoridades eclesiásticas de Manabí instigan a los residentes a adherirse a esa provincia.

El grupo de manifestantes señaló que obispos anglicanos estuvieron en el sitio pero se retiraron luego de acordar la entrega de los terrenos del templo.

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Crespo, quien aclaró que está libre desde marzo pasado luego que  permaneció detenido por estar sindicado en  un presunto tráfico de armas, recordó que la presencia anglicana en El Paraíso La 14 data del 1 de mayo de 1993, cuando fueron invitados por la población a servir espiritualmente en un barrio de esa localidad.

Criticó la labor del párroco italiano Alberto Ferri, quien “se dedicó incansablemente a indisponer y a enfrentar entre sí a los fieles (manabitas vs. guayasenses, y anglicanos vs. católico-romanos)”.

Crespo señala en su misiva que la Diócesis Anglicana decidió retirarse del recinto “a fin de no añadir elemento religioso al secular conflicto interprovincial e intracatólico de El Paraíso La 14”.

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Para el efecto, agregó, se firmó en la capital de la República, en el despacho del cardenal Antonio González, entonces Arzobispo Primado de Quito, un acta de entrega-recepción el 19 de mayo de 1999, suscrita por él y el arzobispo de Portoviejo, José Mario Ruiz Navas.

Expresó también su repudio a la afirmación atribuida a Ruiz, quien señaló: “Hube de pagarles para que se vayan”, que es una maliciosa y falaz mentira, dijo el obispo Crespo.

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Por su parte,  Ruiz Navas sostuvo ayer que efectivamente el 19 de mayo de 1999 se firmó ese documento y se entregó a Crespo 25 mil dólares  por las mejoras realizadas al templo de San Pedro y San Pablo, así como a la casa parroquial. El documento reposa en su poder, dijo.

El arzobispo añadió que los problemas vienen desde hace muchos años, pero que se logró tener nuevamente calma una vez que Crespo abandonó el lugar; posteriormente y mediante una escritura debidamente notarizada, la Diócesis de Guayaquil donó a la de Portoviejo las construcciones que había realizado en ese sitio (iglesia, casa parroquial, dispensario médico), con la condición que estos bienes serían devueltos o se quedarían en manos de la iglesia manabita en caso de presentarse una consulta popular que determine a qué provincia pertenece el recinto, pero que hasta tanto serían administrados por los combonianos mientras no haya un pronunciamiento sobre la pertenencia provincial.

“Pero ahora todo está nuevamente en conflicto a causa de la falta de límites que les toca resolver a las autoridades del Gobierno y no a la Iglesia”, resaltó.