El gobierno de Estados Unidos anunció ayer un plan que a, partir del próximo año, exigirá a los gobiernos estatales, escuelas, guarderías y empresas de servicios una mayor vigilancia de la presencia de plomo en el agua potable.

La Agencia para la Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) explicó que aunque existen pocos problemas con el plomo en el agua potable, el gobierno quiere mejorar las pruebas de detección de ese metal pesado.

“Necesitamos librar a la gente de esa preocupación. Este plan incrementará la eficacia y regularidad de los informes”, dijo Ben Grumbles, responsable de la EPA para asuntos del agua.