Como una "desfachatez" calificó esta mañana el presidente de la Cámara de Industrias, Alberto Dassum, la propuesta que, Bernardo Henriques, administrador de la Corporación para la Administración Eléctrica de Guayaquil (Categ), le ha hecho a los industriales.

Por este motivo, el dirigente gremial dijo no estar dispuesto a apoyar la propuesta.

Henriques anunció el jueves pasado que lanzaría un plan denominado 10 por 10 por 10. El proyecto trata que los usuarios e inversionistas, al aportar con 10 dólares durante 10 meses por año, en un plazo de 10 años, pasen a ser automáticamente accionistas.

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En declaraciones para Citynoticias (89.3 FM de Guayaquil), Dassum dijo que no apoya la propuesta de Henriques e indica que la Categ “no cuenta con un plan de negocios coherente” de las actividades que se han hecho en los últimos años. Situación que se agrava cuando, según el industrial, la eléctrica está politizada, al grado que parientes y amigos del partido de Gobierno -Sociedad Patriótica- la integran.

Según Dassum, la estrategia 10 por 10 por 10 “es un plan intrascendente con el que se pretende engañar a la gente de Guayaquil”, según señaló en Citynoticias.

Acerca de la autonomía del sector eléctrico en Guayaquil, el Presidente de la Cámara de Industrias señaló que no está terminado el informe que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, solicitó para enterarse de la situación de la Categ, antes de solicitar la concesión de este servicio para el Municipio del puerto.

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“Parece que vive en Júpiter”, expresó Dassum, al referirse a Henriques, al justificar que los empresarios de Guayaquil compren su energía eléctrica al mercado de mayoristas y no a la Categ, porque según señaló “nadie tiene la obligación de comprar ese servicio a un precio mayor, cuando se lo puede hacer más barato”.

Dassum explicó que el marco jurídico de Ecuador les permite comprar energía en el mercado de mayoristas. Denunció que no pueden seguirle comprando energía a la Categ a 6 centavos cuando la Corporación la adquiere a dos. El industrial cree que de esta manera se perjudica directamente a la fuente de empleo y productividad de Guayaquil.