El artículo 23 de la Ley sobre Discapacidades, que establece la exoneración de impuestos en la importación de vehículos ortopédicos, no favorece a todas las personas que se encuentran impedidas físicamente.

Así lo experimenta Agustín Pino Viteri (38), quien desde hace tres años padece de esclerosis, enfermedad que le  ha causado problemas en sus facultades motrices y en el habla.

Pino requiere con urgencia un vehículo que le permita movilizarse con su silla de ruedas, para lo cual realizó todos los trámites que establece el Consejo Nacional de Discapacitados (Conadis).

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Sin embargo, luego de obtener el carné de discapacidad, se encontró con una traba que le impide obtener su vehículo: la exoneración solo es concedida a los discapacitados que pueden manejar.

Lina de Pino, esposa de Agustín, explicó que su marido tiene imposibilitado el 75% de sus miembros superiores e inferiores, por lo que difícilmente puede usarlos para maniobrar un automotor. “Él necesita específicamente un carro con palanca manual o botones eléctricos”, aclaró.

No obstante, la desigualdad de la ley la tiene frustrada. En la Dirección Técnica del Conadis solo le contestan que Agustín Pino no accede al beneficio.

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También plantean como único camino impugnar el artículo 23 ante el Tribunal de Garantías Constitucionales, tarea que solo es facultad del Congreso Nacional o el Presidente de la República.

Mientras, Pino debe conformarse con trasladarse en su silla de ruedas, la que moviliza en forma manual en medio del tráfico y siempre con ayuda de una persona.

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“Dónde está la igualdad de la ley, pues no es posible que esta solo ampare a los discapacitados de la cintura hacia abajo, ya que otros como yo, que no pueden utilizar sus brazos, no pueden”, se pregunta Pino.

Actualmente, el discapacitado se traslada en un vehículo de propiedad de la familia, el que adecuó acorde a sus necesidades.
Así, la tercera fila fue eliminada para adaptar una rampa manual y removible, que le permite trepar su silla de ruedas en la parte trasera.

Esta labor no la hace solo, pues necesariamente requiere de la asistencia de personas que lo ayuden a subir. Cuenta además con una enfermera que lo acompaña y lo vigila.