El papa Juan Pablo II tranquilizó a los católicos ayer al reaparecer en su ventana del hospital Gemelli de Roma, con mejor aspecto que hace una semana.

Sonriente impartió varias veces y con energía la bendición a los fieles presentes en el Gemelli y a los reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde rezó el Angelus en su nombre el sustituto de la secretaría de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri.

Se trata del tercer Angelus en un mes que el Papa, de 84 años y enfermo de Parkinson, sigue desde el hospital por sus problemas de salud.

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El Pontífice estuvo acompañado del Secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano; el "ministro de Exteriores" de la Santa Sede, Giovanni Lajolo y médicos.

Se desconoce cuándo será dado de alta. Todos esperan el nuevo boletín médico que hará público hoy el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.

Mientras, el cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, descartó ayer una eventual renuncia de Juan Pablo II al papado, precisando que también en el sufrimiento realiza su misión.