Tres dirigentes sindicales y un conductor fueron secuestrados el pasado 2 de marzo por la guerrilla de las FARC en el sureño  departamento de Caquetá, informó este lunes a la AFP la principal central obrera de Colombia.
 
 Orlando Paredes, Henry Moreno y Pablo Peña, activistas del sindicato de la empresa de electricidad de Caquetá, y el conductor Teódulo Muñoz, fueron retenidos cuando cumplían labores en una zona rural de ese selvático  departamento, precisó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
 
El director del Departamento de Derechos Humanos de la CUT, Domingo Tovar, señaló que miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se atribuyeron el plagio, mediante una comunicación al sindicato del sector eléctrico en la región.
 
En un comunicado, la CUT rechazó "de manera enérgica la arbitraria retención, por parte de las FARC, de la que fueron víctimas los trabajadores del sector eléctrico en Caquetá, el 2 marzo, y solicita la libertad inmediata de los mismos y el respeto de sus vidas".
 
"Estamos exigiéndole a las FARC que respete la vida de los cuatro secuestrados y los devuelvan sanos y salvos al seno de sus hogares", declaró Tovar.

Asimismo, el presidente de la CUT, Carlos Rodríguez, señaló que la central  obrera conoció de versiones según las cuales "si el resto de trabajadores de la Electrificadora del Caquetá, normaliza el fluido eléctrico, que en este momento está interrumpido producto de la voladura (destrucción) de torres, las FARC asesinarían a estos cuatro compañeros".
 
"Nos negamos a creer que este rumor sea cierto. Pero la evidencia más contundente para demostrar lo contrario, es que se pongan el libertad los cuatro compañeros, que como es conocido estaban cumpliendo labores ligadas con su cargo", añadió.
 
Tovar recordó que Caquetá "es una zona roja, con fuerte presencia guerrillera", pero -señaló- "los civiles no queremos ser blanco de los grupos armados al margen de la ley".
 
Líderes obreros han denunciado en reiteradas ocasiones una campaña de  persecución contra el movimiento sindical y constantes amenazas en su contra, provenientes principalmente de los grupos paramilitares de extrema derecha y de  las guerrillas de izquierda.
 
Una treintena de sindicalistas fueron asesinados en Colombia el año pasado, según cifras oficiales. De acuerdo con la CUT, tan solo desde 2000 han sido asesinados 574 activistas en este país.