Cuba ya no es el referente ideológico de antaño  para los nuevos gobiernos de izquierda en América Latina, que apostaron por el  pragmatismo en su tránsito al socialismo, pese a lo cual el ya mítico líder  comunista cubano Fidel Castro les ha dado una entusiasta bendición política.

“Estamos muy satisfechos con esta nueva tendencia regional”, destacó Castro  al comentar la victoria electoral del socialista Tabaré Vázquez en Uruguay,  quien asumió la semana pasada.

Mientras la “nueva izquierda” latinoamericana se apega al pragmatismo económico, dialoga con los organismos de crédito internacionales, reniega del  estatismo a ultranza y acepta algunas privatizaciones, Cuba transita por un camino en reversa y profundiza la centralización estatal.

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“Nos convertimos cada vez más en revolucionarios”, sentencia Castro al  repudiar las políticas neoliberales.

En los últimos años gobiernos definidos como progresistas alcanzaron el poder en Argentina, Brasil, Chile, Venezuela y Uruguay, modificando el mapa  político de América Latina, hasta entonces adverso al régimen de  Castro.

Pese a las divergencias ideológicas con algunos de sus nuevos socios en la región, Castro halló un renovado apoyo político en estos gobiernos  que contribuyeron a romper el  aislamiento de la isla.

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Pero la dirigencia de la “nueva izquierda” regional poco tiene que ver con  los postulados que impulsaban los movimientos populares y guerrilleros de las décadas de 1960 y 1970, que seguían sin vacilar las orientaciones  políticas emanadas desde La Habana.

Estos cayeron en desuso con el paso del tiempo y la caída del bloque socialista europeo  que marcó el fin de la Guerra Fría.

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Pero a sus 78 años y desde hace 45 en el poder, Castro mantiene una defensa irreductible de la ortodoxia  marxista aunque ahora admite que “cada pueblo debe adaptar su estrategia y sus objetivos revolucionarios a las condiciones de su propio país”.

Sin embargo, advirtió a los ahora gobernantes  y ex discípulos  ideológicos que “el socialismo quedará definitivamente como la única esperanza real de paz y supervivencia de nuestra especie”.

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