El conflicto laboral en Continental General Tire, la fábrica de llantas ubicada en el parque industrial de esta ciudad, no encontraba hasta ayer una salida.

El miércoles pasado, un grupo de 450 trabajadores sindicalizados se tomó las instalaciones de la empresa para rechazar las condiciones en las que, advierten, fueron despedidos seis de ellos. Exigen que se les restituya sus empleos o una liquidación de acuerdo al actual contrato colectivo.

Desde ese día, un movimiento nocturno inusual se registra en los alrededores de la fábrica de llantas; son los familiares de los trabajadores quienes llegan para visitarlos.

Publicidad

Fernanda Morales, acompañada de sus hijos –Paola, de 6 años, y Eduardo de uno–, visitó el jueves en la noche a su esposo; lamentó que la huelga se inició justo un día antes del pago de la remuneración salarial de febrero.

La situación, dijo, la obligó a pedir dinero a su familia para cancelar la cuota de una deuda bancaria.

Mientras tanto, los trabajadores duermen en carpas y bolsas de dormir; han llevado televisores y reproductores de DVD. Están organizados en grupos para efectuar guardias de 12 horas.

Publicidad

Los dirigentes de la medida desconocen cuándo finalizará el conflicto. Iván Ortiz, secretario del Comité de Empresa, solicitó la intervención de las autoridades, como lo estipula –dijo– el Código del Trabajo.

Marco Piedra, inspector de Trabajo y juez encargado del caso, no convoca aún al comité de conciliación integrado por los abogados Alfredo Ramírez y Juan Vélez, en representación de los trabajadores; por Tomás Aguilar y José Peña, de los empresarios.

Publicidad

Entre tanto, el jueves pasado se oficializó la declaratoria de huelga y la Inspectoría de Trabajo del Austro clausuró con  sellos las puertas de ingreso a cada una de las naves de la fábrica.

El objetivo, explicó el juez, es precautelar los bienes de la empresa.