Juan Pablo II se presentará mañana en la ventana de su cuarto del hospital donde está internado para saludar a los fieles, pero casi con seguridad no hablará, dijo ayer su portavoz, Joaquín Navarro-Valls.

En cambio, como ocurrió el fin de semana pasado, un cardenal ayudante del Vaticano oficiará la bendición del Ángelus dominical.

“El Ángelus será como el pasado domingo”, dijo Navarro-Valls a los reporteros después de visitar al Papa en el hospital Gemelli de Roma.

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El vocero vaticano agregó que el Pontífice dará la bendición haciendo la señal de la cruz con la mano y no con su voz, ante las personas congregadas bajo su ventana.

Juan Pablo II se está recuperando de una cirugía de garganta y el domingo pasado fue la primera vez durante su papado de 26 años que no pudo oficiar el Ángelus y pronunciar la bendición.

Juan Pablo II, quien también sufre la enfermedad de Parkinson, fue trasladado de urgencia al hospital dos veces el mes pasado, con problemas respiratorios agudos, y los médicos se vieron obligados a practicarle una traqueotomía en la que le insertaron un tubo en la tráquea para permitir que el aire fluyera libremente hacia sus pulmones.

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Navarro-Valls dijo que continúan las terapias del habla y la respiración que se aplican diariamente al Papa y que este pasa algún tiempo orando en una pequeña capilla adyacente a su habitación en el hospital.

Aunque el Santo Padre desearía regresar al Vaticano, ha aceptado los consejos de sus médicos y no se ha apresurado a abandonar el hospital.

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Se prevé que Juan Pablo II podría regresar a la Santa Sede a tiempo para las celebraciones de la Pascua Florida.

El Pontífice recibió ayer a varios prelados con los cuales sigue diariamente la actividad de la Santa Sede y la vida de la iglesia.

La presencia del Pontífice será empero importante en el Vaticano durante las ceremonias de la Semana Santa, que culminan en la festividad del Domingo de Resurrección, el próximo 27 de marzo.