Una serie de vídeos grabados en Iraq y compilados por un efectivo de la Guardia Nacional de Florida parece mostrar el momento en que un solado patea a un prisionero herido y esposado.
 
En otro de los vídeos, titulados Locura en Ramadi, otro efectivo golpea a un detenido con la culata de un fusil. Sin embargo, los investigadores del ejército no encontraron motivos para acusar a nadie por abusar de los prisioneros, de acuerdo con documentos castrenses.
 
Los documentos fueron descritos en 1.200 cuartillas divulgadas el viernes por el ejército, en respuesta a una demanda de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, que busca información sobre los supuestos abusos sufridos por prisioneros en Iraq.
 
Antes, los militares habían proporcionado los documentos a la unión, que en su oportunidad los divulgaba, pero que el viernes proporcionó también copias a la prensa.
 
Los oficiales del ejército dijeron que los documentos resumían 13 investigaciones, ninguna de las cuales derivó en acusaciones por abusos. Varias investigaciones fueron cerradas por evidencias insuficientes.
 
El ejército, que dice estar comprometido con la detección y corrección de problemas en la operación de las prisiones, ha proporcionado a la unión hasta ahora los resultados de 129 investigaciones.
 
Jameel Jaffer, un abogado de la unión, consideró que los documentos del ejército constituyen   una evidencia más de que el abuso a los detenidos fue extenso en Iraq y Afganistán.
 
“En un número pequeño de casos, soldados de bajo rango han sido castigados”, añadió Jaffer.   A la luz de los cientos de abusos que conocemos ahora, resulta cada vez más difícil el comprender por qué ningún prominente funcionario, civil o militar, ha sido responsabilizado.
 
La unión, junto con el organismo Human Rights First, demandó esta semana al secretario de la Defensa, Donald Rumsfeld, en relación con algunos presuntos abusos en las prisiones.