Refugiados en sus creencias, miles de ecuatorianos agitarán ramas de palmas el domingo en el que se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén, sin saber que el inocente ritual religioso amenaza con la desaparición de dos especies.
 
Para la confección de los "ramos", los católicos echan mano de las palmas de cera (ceroxylon) que llevan el Domingo de ramos a las iglesias para que los sacerdotes los rocíen de agua bendita, con el fin de que les proteja durante todo el año y hasta para influir con ellas en el cambio de clima.
 
La creencia dice que si se queman los ramos benditos durante una tormenta, se ahuyentarán los rayos y la lluvia desaparecerá. Pero los expertos advierten que lo que se esfumará si continúa la depredación de las plantas de palmas, serán los pericos cachetidorados que anidan en esos árboles, cada vez más escasos en los bosques nublados de Ecuador.
 
Ciento cincuenta y hasta doscientos años toma a una palma madurar lo suficiente como para que un perico cachetidorado anide en ella a alturas de entre 2.400 y 3.400 metros sobre el nivel del mar.
 
Escondidos en parajes de las provincias de Loja y Zamora Chinchipe, es imposible precisar la cantidad de palmas existentes "pero es una especie que está en peligro de extinción y que en Colombia ya ha desaparecido precisamente por el Domingo de ramos", dijo Gober Polo, del Ministerio de Ambiente.
 
Con sus 25 metros de altura y hojas que poco se diferencian de otras de su especie, el nombre de las ceroxylon figura ya en el Libro Rojo de las plantas endémicas en peligro, pero el problema empeora al arrastrar con esta situación a los pericos cachetidorados hacia el abismo de la extinción.
 
Ajenos a su suerte, los pericos bulliciosos, de vuelo rápido y que ponen entre dos y seis huevos al año, llegan a la zona entre enero y abril, y como son gregarios preparan en conjunto sus nidos en las puntas de los tallos de las palmas.
 
En sus 45 centímetros de tamaño, hembra y macho de similar dimensión, lucen una cabeza grande, pico robusto y curvo, alas largas y agudas, patas cortas con dos dedos adelante y dos atrás.
 
Con su plumaje verde en la parte alta y rojo en la inferior, el perico cachetidorado hereda su nombre de la apariencia que le da la cenefa amarilla que nace en los alrededores de sus ojos y se extiende hacia la parte de atrás.
 
Una vez que nacen los polluelos, los pericos cachetidorados se internan en el Parque Nacional Podocarpus (al sur del país) sin sospechar siquiera que en su siguiente viaje podrían no encontrar dónde anidar, pues la destrucción de las palmas es "alarmante".
 
En tan solo dos días, los técnicos del Ministerio de Ambiente encontraron en la vía unos 280 tallitos cortados de las palmas.
 
"De cada palma se puede sacar un máximo de tres ramos, con lo que solo en este caso se habrían destruido ya 90 plantas de palmas y aún faltan 21 días para el Domingo de ramos", dijo Polo al revelar que ya han advertido a las policías de transporte y ambiental, además de otras organizaciones, para combatir esta depredación forestal.
 
El hecho se castiga con la retención del vehículo y una multa al conductor o a otros infractores de unos 500 dólares la primera vez, el doble la segunda y con un juicio en caso de ser la tercera.
 
La situación es tan preocupante que el Ministerio de Ambiente, la Fundación Jocotoco y otras de protección del medio ambiente adelantan una campaña llamada Reconcíliate con la naturaleza, que despliegan en centros educativos, medios de comunicación y, por supuesto, en la iglesia.
 
Los curas recibirán información sobre la situación, y sobre todo el ruego de los ambientalistas de que inviten a las personas a que usen otras plantas para recordar el retorno de Jesús a Jerusalén.
 
En la campaña de protección están involucrados afamados ornitólogos de Dinamarca, Gran Bretaña y EE.UU. que han publicado libros sobre las aves con estudios desde Venezuela hasta la Patagonia.
 
Un sacerdote agustino aseguró que le suena a pecado mortal que muchos católicos se hayan quedado en la epidermis del asunto. "El verdadero significado del Domingo de ramos es la aceptación de Jesús, es mucho más que el hecho aislado de salir un domingo al año con palmas", dijo.