En los barrios urbano-marginales se concentra un mayor porcentaje de personas que no están inscritas.

Legalmente, Juana Rita Morán Torres no existe. A sus 28 años aún no se encuentra inscrita en el Registro Civil, por lo que no tiene partida de nacimiento, cédula o ningún otro documento que la identifique.

La menuda mujer de piel canela dice que nació en Guayaquil el 3 de julio de 1976, y que su madre, Lidia Torres, nunca se ocupó de ella ni de sus 8 hermanos (5 varones y 3 mujeres).

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Su padre murió cuando tenía dos años y se crió con una tía, que apenas logró, no sabe cómo, inscribirla en un jardín de infantes, donde le enseñaron a escribir su nombre y a deletrear una que otra palabra o sílaba. Nunca cursó una escuela y menos un colegio.

Su vida transcurrió en casas de familias, donde hizo labores domésticas.

Hace seis años conoció a su conviviente, Cristian Villa, con quien se unió dos años después. Hoy tienen una hija,  Ariel, de tres años, quien debió registrarse solamente con los apellidos paternos.

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“No quería que viva mi calvario”, sostuvo Morán, quien antes de dar a luz intentó obtener sus documentos en el Registro Civil del Guayas.

No recuerda cuánto dinero desembolsó para el trámite, pero nunca legalizaron su situación. Sigue sin papeles.

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Su conviviente Cristian Villa se muestra desesperado. La madre de su hija no podrá representarla nunca en la escuela y ante la ley, la niña no tiene madre.

El caso de Juana Morán no es el único, pues un informe de Unicef, efectuado en el año 2000, sostiene que el 18,3% de adultos, que vive en la zona urbano-marginal de Guayaquil, no tiene identidad.

El estudio anota que el fenómeno se produce, al norte, en las cooperativas El Cóndor, Balerio Estacio, Flor de Bastión y Pancho Jácome, en donde se registra un promedio del 20% de adultos.

Al sur, la zona más crítica es la isla Trinitaria, con el 20% de adultos.

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En el sector del suburbio, la zona de Cisne 2, tiene el 15% de personas adultas que no constan en el Registro Civil.

El porcentaje se incrementa cuando se trata de niños. El estudio arrojó que el porcentaje de la población infantil no inscrita, en la zona urbano-marginal de la ciudad, es del 85%.

El 90% de niños sin identidad lo tiene las invasiones ubicadas al norte de la urbe (Balerio Estacio y El Cóndor).

Igual porcentaje se registra al sur, en la isla Trinitaria; mientras que en el suburbio la cifra se reduce al 80%.

Otra muestra realizada por el Instituto Nacional del Niño y la Familia (Innfa), entre los meses de febrero a marzo del año pasado, reveló que de 789 menores que habitan en los basurales del cantón Durán, en las cooperativas 28 de Agosto, adyacente a El Recreo, el 80% no tiene una partida de nacimiento.

Los menores fluctúan entre 0 a 9 años, por lo que a pesar de encontrarse en edad escolar, ninguno va a una escuela y no sabe leer o escribir.

Un derecho
El artículo 49 de la Constitución Política señala que el Estado asegurará y garantizará a las personas el derecho a su identidad, a un nombre y una ciudadanía.

Sin embargo, en el reporte del Innfa se recalca que en estos lugares tampoco ha existido una campaña de inscripción por parte del Registro Civil del Guayas.

Abdón Calderón, jefe provincial de la entidad, expresó que a través de las asociaciones sociales que trabajan en los barrios marginales se lleva a cabo una campaña que propaga las inscripciones tardías.

La abogada Anunziatta Valdez sostiene que la identidad es uno de los derechos fundamentales al que debe tener acceso una persona.