Daniel Ortega Coronel, de 4 años, quien sufre de cirrosis hepática, y sus padres René Ortega y Geomar Coronel, llegaron la noche del lunes de Buenos Aires, adonde fueron para que el pequeño recibiera un trasplante de hígado.

El niño, quien no fue sometido a cirugía porque le habría afectado su calidad de vida actual, se encuentra bien porque no ha avanzado su enfermedad, dijo Pepita de Zevallos, presidenta de la fundación María Gracia.

Esta institución auspició la campaña para recolectar fondos a favor del niño, de Juan Carlitos Bravo y Héctor Alvarado, quienes sí se sometieron a un trasplante de hígado en el hospital Italiano de Buenos Aires.

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Ortega y Coronel llegaron ayer e inmediatamente se fueron a Daule a ver a sus otros dos hijos.

Juan Carlos Bravo, padre de Juan Carlitos, le informó a Zevallos, mediante un correo electrónico, que su hijo sigue recuperándose.

“Le hicieron una angiografía para ver si se le había reducido el paso de la sangre del hígado por una arteria, pero gracias a Dios su condición es estable”, dice Bravo.

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Agregó que la arteria se ha reducido “un poco en la parte que une la del bebé con el nuevo hígado. Dice el doctor que si no se abre, se le introduce algo parecido a una sonda, para lo que hay que esperar de 15 a 20 días”.

Bravo dijo que su pequeño aún tienen los ojos amarillos, sigue con el respirador, pero está orinando mejor.

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Según refirió, el lunes a las 04h00 operaron a Héctor Alvarado, de 15 años, y hasta ayer “él estaba bien, el doctor dice que se halla estable”.

Indicó Bravo que la cirugía de Héctor duró 8 horas y el donante es una persona adulta de Buenos Aires.