En su sexto día de hospitalización, Juan Pablo II empezó a recuperar su actividad como jefe de la Iglesia Católica al recibir al cardenal Joseph Ratzinger, con quien habló en alemán e italiano.

Además el Papa rezó con sus colaboradores y se sometió a ejercicios de rehabilitación para reaprender a hablar con un tubo en la garganta.

Ratzinger, considerado el guardián de la ortodoxia católica, aseguró que había llevado al Pontífice “un trabajo de nuestra congregación” y que Juan Pablo II “se mostró muy alerta y capaz”.

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Ratzinger aseguró que había hablado con el Papa: “Ciertamente, no hemos entrado en los detalles, pero (hemos hablado)  de cosas esenciales”.

Juan Pablo II, al que los médicos habían prohibido hablar tras la traqueotomía mientras recuperaba su dañada laringe, tiene que aprender a hablar con un tubo en la garganta.

Según el diario del Vaticano, el Osservatore Romano de ayer, el Papa dedica una parte de su tiempo a la oración y a los ejercicios espirituales.

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Su  portavoz, el español Joaquín Navarro Valls, aseguró ayer que el Pontífice tenía previsto asistir a una misa.