Tabaré Vázquez juró este martes como presidente de Uruguay, dando inicio al primer gobierno de izquierda en su historia. 
 
Vázquez, de 65 años, y el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, juraron fidelidad a la Constitución en el Palacio Legislativo, frente al cual miles de uruguayos se reunieron para celebrar la llegada del nuevo gobierno. 
 
"Juro trabajar incansablemente por la felicidad del pueblo uruguayo", sostuvo Vázquez emocionado, ante el aplauso de los legisladores y de numerosos mandatarios de América Latina presentes en la ceremonia. 
 
Vázquez, médico oncólogo y ex alcalde de Montevideo, se impuso en las elecciones presidenciales del 31 de octubre con una coalición de izquierda, poniendo fin al dominio de partidos tradicionales de centro y derecha por primera vez en 170 años de historia institucional. 
 
El dirigente socialista reemplaza a Jorge Batlle y ejercerá la presidencia por un periodo de cinco años. 
 
Viraje "light" a la izquierda

Representantes de 130 países arribaron a Montevideo para asistir hoy a la toma de posesión de Tabaré Vázquez como nuevo presidente de Uruguay, acontecimiento histórico porque es la primera vez que la izquierda llega al poder en esta república.

Pese a su filiación socialista, analistas califican a Vázquez como un “pragmático y verticalista”, que impulsará una gestión moderada, respaldará gestiones con organismos internacionales, implantará una disciplina fiscal rigurosa para impulsar el crecimiento y que no deben esperarse drásticos virajes en la economía.

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Tabaré Vázquez asume hoy la presidencia del primer gobierno de izquierda en la historia de Uruguay, y entre sus primeras medidas reanudará las relaciones diplomáticas con Cuba, aunque sin la presencia de Fidel Castro, ausente por razones de salud.

Los festejos por el cambio de mando se iniciaron la medianoche de ayer con el lanzamiento de fuegos artificiales en distintos  puntos del país, en lo que se ha llamado “el nacimiento del nuevo Uruguay”.

A la ascensión de Vázquez asisten los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Argentina, Néstor Kirchner; Chile, Ricardo Lagos; Paraguay, Nicanor Duarte; Bolivia, Carlos Mesa; y Perú, Alejandro Toledo. Además, los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia; y Eduardo de Inglaterra.

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Socialista pragmático
Pragmático y verticalista, el socialista Tabaré Vázquez ha dado señales de que impulsará una gestión moderada, pese a las proclamas que reivindican el socialismo en la coalición Encuentro  Progresista-Frente Amplio (EPFA) que lo llevó al poder.

Vázquez tiene claro que no es lo mismo estar en el gobierno que en la  oposición, y se ha esforzado por mostrar moderación y dar señales inequívocas de que no es un aventurero, dijo el analista político Alfonso Lessa.

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Vázquez incluso propuso antes de ganar las elecciones, el Ministerio de Economía al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias.

Tras la negativa de este, designó a Danilo Astori, un economista de centroizquierda, moderado y pragmático, lo que mostró que no deben esperarse drásticos virajes en la economía.

Astori es resistido en la izquierda por sus posturas moderadas y divergentes, como su apoyo explícito a asociar empresas públicas con privadas para atraer inversiones o para respaldar gestiones con organismos internacionales y negociar canjes de deuda.

Además, ha reiterado que se abocará a buscar el crecimiento económico con una disciplina fiscal “rigurosa”.

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También hay antecedentes de la moderación de Vázquez, si uno se remonta a cuando él fue intendente de Montevideo (1990-1995).

“Tuvo un discurso moderado, introdujo empresas privadas en la gestión, dio concesiones a terceros, tuvo una excelente relación con organismos multilaterales (...) y fuertes  conflictos con el sindicato municipal”, recuerda Lessa.

“Ha sido más radical o más moderado de acuerdo a sus necesidades  estratégicas”, indicó el analista. “Y a la hora de gobernar es un pragmático.  Sus contradicciones tienen un fin estratégico”, concluyó.