Portavoz vaticano aseguró que el Papa respira sin asistencia, no sufre infecciones e ingiere alimentos.
El Vaticano anunció ayer que el arzobispo argentino Leonardo Sandri impartirá hoy la acostumbrada bendición dominical y la lectura del ángelus, a nombre de Juan Pablo II, quien lo había hecho ininterrumpidamente en los 26 años de su pontificado.
La Santa Sede señaló que el Papa seguirá la ceremonia desde la clínica Gemelli, de Roma, donde está asilado.
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Por primera vez en 26 años de pontificado, el papa Juan Pablo II, parcialmente mudo por una traqueotomía, delegó la impartición de la bendición dominical en la plaza de San Pedro con ocasión del ángelus.
“El texto de las palabras del Santo Padre para el tradicional mensaje del ángelus será leído por monseñor Leonardo Sandri, al mediodía, desde el atrio de la plaza de San Pedro”, indicó en un comunicado el portavoz del Papa, Joaquín Navarro-Valls.
Monseñor Sandri también pronunciará la oración mariana e impartirá, a nombre del Papa, la bendición apostólica a los fieles presentes en la plaza de San Pedro. “El Santo Padre se unirá a la oración desde su habitación del policlínico Gemelli”, precisó Navarro-Valls.
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La decisión de confiar a monseñor Sandri la responsabilidad de impartir la bendición papal fue tomada tras consultar a importantes miembros de la Curia Romana, dijeron fuentes vaticanas.
Se trata de la primera vez que el Papa deja de impartir la bendición dominical, un gesto que efectuó aún pocos días después del grave atentado que sufrió en mayo de 1981 en la plaza de San Pedro y durante las nueve veces que ha sido hospitalizado.
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El Papa no se asomará a la ventana del hospital para el saludo dominical como lo hizo en su hospitalización anterior a comienzos del mes, lo que suscitó polémicas y críticas por exponer a un anciano enfermo a tales esfuerzos.
El santo padre se comunica con sus asesores por gestos o por escrito, aseguró el cardenal Sodano, ratificando que el Vaticano sigue funcionando, pues la Santa Sede es una monarquía absoluta de derecho divino y todo el poder y las decisiones claves son competencia única del Pontífice.
“Todo parece indicar que la jerarquía de la Iglesia se prepara a ser guiada por un Papa mudo, relegado a un lecho en el hospital, cada vez más incapacitado físicamente”, sostuvo ayer la prensa italiana.